A través de un correo electrónico el gobierno ruso informó al primogénito del entonces candidato republicano que se le iba a proporcionar material para dañar a Hillary Clinton. Esta supuesta maniobra es el eje de la investigación que encabezan el FBI y el fiscal especial Robert Mueller.
Tres agencias de inteligencia (CIA, FBI y NSA) establecieron que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó a su servicio secreto una operación para interferir en los comicios estadounidenses, dañar la imagen de Clinton y facilitar el triunfo de Trump. El ataque supuso el saqueo de los ordenadores del Partido Demócrata y de los correos del jefe de campaña de Clinton y su posterior filtrado a Wikileaks.
El correo invitaba al hijo de Trump a reunirse con la enigmática abogada Natalia Veselnitskaya, y señalaba que esta le proporcionaría información suministrada por Moscú. La letrada, que niega tener trato alguno con el Kremlin, es conocida por ser lobista que defiende intereses de rusos sancionados por Estados Unidos.
La reunión se realizó el 9 de junio de 2016. Trump Jr. sostiene que no recibió nada útil de la abogada. «Sus declaraciones eran vagas, ambiguas y no tenían sentido. No ofreció ningún detalle o información. Rápidamente quedó claro que carecía de datos de interés”.
Trump Jr. dijo que su padre jamás fue informado de la reunión, pese a que asistieron en plena contienda electoral su hijo mayor, su yerno y su jefe de campaña. También levanta sospechas la facilidad con la que decidieron recibir información tóxica del Kremlin contra un rival.
Con información de El País