El director del FBI, James B. Comey, recomendó no hacer cargos judiciales a Hillary Clinton sobre las comunicaciones de información clasificada que mantuvo a través de su email personal. Esta situación implicó una fuerte carga política negativa sobre la imagen de Clinton, horas después del apoyo a su campaña que hizo público el presidente Obama.
Las investigaciones sobre el caso iniciaron debido a la comunicación privada de la Secretaria Clinton con otros oficiales de gobierno sobre el asalto al Consulado estadounidense en Bengasi, Libia, el 11 de septiembre de 2012. Los combates provocaron la muerte de cuatro estadounidenses, entre ellas la del embajador estadounidense en el país africano, Christopher Stevens, así como la de varios soldados y funcionarios.
Después de una intensa investigación, el FBI señaló que la comunicación en emails personales de la Secretaría Clinton siempre fue “extremadamente cuidadosa” sobre información que podía ser delicada, por lo que debería ser liberada de toda sanción administrativa por su conducta.
La polémica fue marcada por Investigador general Charles McCullough III, indicando que los mensajes de información clasificada no fueron tratados de manera correcta. La información clasificada debe enviarse mediante un sistema de encriptamiento según las normas de seguridad del gobierno estadounidense.
Con información de The New York Times