La mala calidad del aire continúa en el Valle de México con un máximo de 141 puntos de partículas menores a 2.5 micrómetros (PM2.5) en la alcaldía Iztapalapa, por lo que se mantiene la contingencia atmosférica extraordinaria.
En su reporte de las 6:00 horas, el Sistema de Monitoreo Atmosférico (Simat) indicó que en los municipios del Estado de México y en el resto de las alcaldías capitalinas que integran la zona metropolitana, la calidad del aire es mala, toda vez que los valores de contaminantes están por arriba de los 100 puntos.
Ante estas condiciones, el organismo de la Secretaría de Medio Ambiente capitalina recomendó que adultos mayores, personas con intensa actividad física o con enfermedades respiratorias y cardiovasculares deben limitar los esfuerzos prolongados al aire libre.
¿Qué son las partículas PM2.5?
La doctora Ana Rosa Moreno, de la Faculta de Medicina de la UNAM, explicó que las partículas PM2.5 son muy dañinas y han sido catalogadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como carcinógenas, si se está mucho tiempo expuesto a ellas.
«Las partículas de 10 micras, que son las que normalmente se miden en el ambiente, son arrastradas por el moco, y de esta manera se filtran, pero entre más pequeñas sean, más peligro representan porque no se filtran y se van directo a los pulmones, comenta la doctora Moreno, y agrega que un estudio en Inglaterra comparó cerebros de personas que habían vivido en México contra otras zonas urbanas de ese país. En los que vivieron en México se encontraron metales pesados, y la única explicación era que en el aire había partículas de estos, y las de menos de 2.5 micras, llegan al alveolo, que es donde ocurre el intercambio gaseoso y se traslada directamente al torrente sanguíneo«.
La investigadora aseguró que en México se registran aproximadamente 21 mil muertes al año asociadas con la mala calidad del aire, «pero subestimamos el problema porque para nosotros la contaminación es algo cotidiano».
“Vivimos con la polución y cuando vamos a otros lugares, vemos mejoría en nuestro sistema respiratorio, no hay flema, ni ojos rojos, ni resequedad. Lo contrario ocurre con quienes visitan la ciudad porque presentan síntomas que no tienen en su lugar de origen. Nos hemos adaptado, pero no significa que no suframos efectos”, destacó.