De acuerdo con el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), la mayoría de las tumoraciones en mujeres durante su vida fértil se deben a patologías benignas; sin embargo, casi la mitad de las masas palpables en mujeres que no han vivido la menopausia y la mayor parte de las lesiones en mujeres que ya vivieron la menopausia son malignas.
Como factores importante a tomar encanta para prevenir la enfermedad, el Issste señala la importancia de tener un control de peso, ya que las «mujeres con obesidad poseen un riesgo mayor de padecer cáncer de mama después de la menopausia en comparación con las no obesas, debido a los altos niveles de estrógenos circulantes».
Además, recomienda realizar actividad física, de al menos 150 minutos por semana y evitar el consumo de alcohol y tabaco.
La detección oportuna es otro de los factores fundamentales para la prevención y está integrada por: la autoexploración y la exploración clínica. En la primera, se señala que se debe realizar a partir de los 20 años de edad, cada mes, preferentemente entre el quinto y séptimo día del término de la menstruación. En mujeres postmenopáusicas o con histerectomía el primer día del mes o en un día en específico. Mientras que en el caso de la exploración clínica debe ser ejecutada por un profesional d ella salud a partir de los 25 años.
El siguiente paso es una mastografía o tamizaje, revisores recomendadas a grupos de 40-49 años (bajo riesgo) y 50 a 69 años (alto riesgo).
¿Cómo realizar la autoexploración?
Una primera opción es la observación, donde deberás buscar abultamientos, hundimientos, inflamación, enrojecimiento, ulceraciones en la piel, desviación de la dirección o retracción del pezón o de otras áreas de la piel, cambio en el tamaño. Para ello, debes posicionarte parada frente a un espejo, con tus mamas descubiertas, coloca los brazos a lo largo del cuerpo y observa.
Luego junta tus manos detrás de la nuca, poniendo los codos hacia adelante y observa; con las manos en la cintura, inclínate hacia delante y empuja los hombros y codos también hacia delante (sentirás el esfuerzo en los músculos del pecho), observa.
Otra opción es la palpación, cuyo objetivo es buscar bolitas, zonas dolorosas, abultamientos o consistencia diferente al resto de la mama. Así, de pie frente al espejo o durante el baño, levanta tu brazo izquierdo y pon la mano en la nuca; con las yemas de los dedos y la palma de la mano derecha, revisa toda tu mama izquierda, firme y cuidadosamente haciendo movimientos circulares de adentro hacia fuera, abarcando toda la mama y terminando donde iniciaste.
Explórate estando de pie debajo de ambos brazos y sigue tocando toda la mama, incluso por encima de esta. Luego Acuéstate y revísate.
Ante cualquier anormalidad acude inmediatamente a tu clínica para que te revisen.
Con información del Issste