La ONU ha expresado su profunda preocupación por la decisión del gobierno de Benjamín Netanyahu de expulsar y enviar a la Franja de Gaza a cientos de gazatíes que se encontraban en Israel con permiso de trabajo cuando Hamás inició los ataques en territorio israelí el pasado 7 de octubre de 2023. Al menos 700 gazatíes han sido deportados y han regresado a la Franja de Gaza.
El Gabinete de Seguridad de Israel emitió un comunicado anunciando que cortaría todo contacto con Gaza y que no permitiría más trabajadores palestinos de Gaza en su territorio. Además, aquellos que se encontraban en Israel en el momento en que comenzó la guerra serían devueltos a Gaza.
Liz Throssell, portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, manifestó su alarma por la situación, destacando la gravedad de la misma. Estas personas están siendo enviadas de regreso en condiciones extremadamente difíciles y peligrosas, sin saber si tienen un hogar al que regresar.
Los gazatíes deportados forman parte de un grupo de 4 mil pacientes y trabajadores palestinos que estaban en Israel y que fueron detenidos en instalaciones militares sin base legal después de la revocación de sus permisos de trabajo. Según cifras discutidas en una reunión del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, los 160 mil palestinos de Cisjordania que tenían permiso de trabajo en Israel han perdido ese derecho, al igual que 20 mil gazatíes que cruzaban la frontera diariamente para trabajar en Israel.
La situación es sumamente compleja y plantea cuestiones humanitarias críticas. La ONU insta a encontrar soluciones que respeten los derechos y la seguridad de todas las partes involucradas en medio de la escalada de tensiones en la región. Este acontecimiento sin duda continuará siendo un tema de preocupación y debate en la comunidad internacional.