Tras cinco horas de protestas, operadores y dirigentes de 25 rutas de transporte público del Estado de México y la Ciudad de México se retiraron de la glorieta Cabeza de Coyote. Las manifestaciones buscaron visibilizar la inacción de las autoridades frente a denuncias de extorsión, cobro de derecho de piso, homicidios y secuestros que afectan a los trabajadores del volante.
Un cambio de planes inesperado
La protesta comenzó a las nueve de la mañana con tres caravanas que originalmente pretendían llegar al Zócalo capitalino. Sin embargo, los transportistas decidieron bloquear calles de la localidad mexiquense para concentrarse en el cruce de las avenidas Adolfo López Mateos y Pantitlán.
Las reuniones iniciales, celebradas en espacios públicos como el Paseo Escultórico y Cultural, no lograron acuerdos. Finalmente, las negociaciones se trasladaron a un camión estacionado en la glorieta, donde las partes discutieron en privado.
Acuerdos y plazos
Los transportistas, agrupados en la organización “Rutas Hermanas”, señalaron la falta de acción de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y la Secretaría de Movilidad local. Como resultado, otorgaron un plazo de dos semanas para que las autoridades investiguen y presenten soluciones concretas.
Se espera que el lunes 3 de febrero se lleve a cabo una nueva mesa de diálogo para evaluar los avances. Mientras tanto, más de 300 unidades que participaron en el bloqueo fueron retiradas de las vialidades afectadas.
La movilización de los transportistas refleja la gravedad de la inseguridad que enfrentan diariamente. Con este ultimátum, las autoridades tienen la oportunidad de demostrar su compromiso con la seguridad de los trabajadores del transporte público y de los millones de usuarios que dependen de este servicio.