El nuevo centro de detención abre en Florida en medio de protestas por derechos humanos y daño ambiental.
En una jornada marcada por polémicas declaraciones y protestas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inauguró este martes el nuevo centro de detención de migrantes conocido como “Alligator Alcatraz”, en los Everglades de Florida. El complejo, rodeado de pantanos infestados de caimanes, serpientes y otras especies salvajes, albergará a más de 5 mil migrantes indocumentados, y forma parte del plan de deportaciones masivas del mandatario republicano.
“Les vamos a enseñar a huir de un caimán. No corran en línea recta”, dijo Trump entre risas, en una declaración que ya ha generado fuertes críticas en redes sociales y organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Deportaciones y críticas
Trump aprovechó la inauguración para reiterar su postura sobre la migración, incluso sugiriendo la deportación de personas nacidas en Estados Unidos con ascendencia extranjera. Además, arremetió contra la supuesta política migratoria “de puertas abiertas” de la administración Biden, a la que culpó del ingreso de “millones de criminales”.
La prisión, equipada con 8,500 metros de alambre de púas, 400 agentes de seguridad y más de 200 cámaras, fue construida en una pista aérea abandonada y tuvo un costo estimado de 450 millones de dólares. Según Trump, estas instalaciones podrían replicarse en varios estados del país.
Protestas por impacto ambiental.
Organizaciones ambientales como el Centro para la Diversidad Biológica han advertido sobre el daño que la construcción de la cárcel podría causar a uno de los ecosistemas más emblemáticos de EE.UU.
“Este ataque imprudente a los Everglades pone en riesgo el agua, la fauna y la biodiversidad del alma de Florida”, declaró Elise Bennett, abogada del centro.
A pesar de las preocupaciones, el gobernador Ron DeSantis respaldó el proyecto y anunció que fiscales de la Guardia Nacional serán habilitados como jueces migratorios para acelerar deportaciones.