El joven de 20 años de Pensilvania que intentó asesinar al ex presidente Donald Trump tenía en su teléfono fotos del ex mandatario republicano, del presidente Joe Biden y de otros funcionarios de alto rango, incluidos el secretario de Justicia, Merrick Garland, y el director del FBI, Chris Wray. Esta información fue confirmada por dos personas familiarizadas con el caso a la agencia de noticias AP.
Thomas Matthew Crooks, el atacante, había realizado búsquedas en internet sobre las fechas de la Convención Nacional Demócrata y los eventos de campaña de Trump. Las autoridades también encontraron que había investigado sobre el “trastorno depresivo mayor”, aunque no está claro si Crooks tenía un diagnóstico confirmado de esta condición.
Kevin Rojek, agente especial a cargo de la oficina de campo del FBI en Pittsburgh, declaró en una conferencia telefónica que no había indicios de problemas de salud mental en Crooks. Sin embargo, la investigación sigue buscando motivaciones detrás del ataque del sábado, donde Crooks disparó en un acto de campaña, matando a un asistente e hiriendo gravemente a dos personas. Trump sufrió un corte en una oreja, pero no fue herido de gravedad y apareció dos días después en la Convención Nacional Republicana en Milwaukee.
Crooks utilizó un rifle AR-15, comprado legalmente por su padre, y llevaba varios cargadores de balas, un chaleco antibalas en su auto y un artefacto explosivo rudimentario en su domicilio. Además, había recibido paquetes con material potencialmente peligroso en los meses anteriores al ataque.
El FBI está investigando el ataque como un posible acto de terrorismo doméstico, pero la falta de un motivo ideológico claro ha dado lugar a diversas teorías conspirativas.
En respuesta al ataque, el presidente del Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes ha citado a la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, para que comparezca ante el Congreso. Los republicanos han pedido su renuncia, aunque Cheatle ha afirmado que no tiene intención de dimitir.
El incidente ha puesto en evidencia fallos de seguridad significativos, lo que ha llevado a múltiples investigaciones, incluida una del inspector general del Departamento de Seguridad Nacional sobre la gestión del Servicio Secreto. La comunidad sigue atenta a los resultados de estas pesquisas y las medidas que se tomarán para evitar futuros incidentes.
Esta situación refleja la tensión y el peligro en el clima político actual, subrayando la necesidad de una vigilancia continua y una mejora en las medidas de seguridad para proteger a los líderes y al público.