En una jornada marcada por la indignación popular, manifestantes bloquearon estaciones de tren, el aeropuerto Charles de Gaulle de París y refinerías en todo el país. La medida fue tomada un día después de que el presidente Emmanuel Macron defendiera públicamente su decisión de elevar la edad jubilatoria a los 64 años en una entrevista televisada.
El transporte público y clases presenciales se vieron seriamente afectados en toda Francia en la primera gran jornada de huelga y protestas desde que Macron aprobara por decreto una polémica reforma jubilatoria. Los trenes regionales y de alta velocidad, el metro de París y los sistemas de transporte público en otras ciudades importantes se vieron interrumpidos, y alrededor del 30% de los vuelos en el aeropuerto de París Orly fueron cancelados.
A pesar de que la mayoría de los franceses se opone a la reforma, Macron insistió en que es necesaria para evitar un déficit en la caja de pensiones en un momento en que crece la expectativa de vida, cae la natalidad y se reduce la proporción de personas que trabajan. La reforma ha generado masivas protestas callejeras y ha sido motivo de nueve jornadas de huelga y movilización desde mediados de enero.
Las manifestaciones comenzaron de manera ordenada, pero en los últimos días ha habido un recrudecimiento de la violencia en las protestas espontáneas contra la reforma y contra Macron.
En la jornada de hoy, manifestantes cortaron algunas de las principales autopistas y cruces para reducir el tráfico alrededor de varias ciudades, incluyendo Lille, Toulouse y Lyon. La CGT, la central obrera francesa, advirtió que los comentarios del presidente «alimentarán la ira» y que la violencia podría aumentar. El 7 de marzo, las protestas contra la reforma lograron movilizar entre 1.28 y 3.5 millones de personas, convirtiéndose en las más grandes contra una reforma social en tres décadas.