Alemania, Francia e Italia dijeron el lunes que pausarán la administración de la vacuna de AstraZeneca contra el COVID-19 después de que varios países reportaron posibles efectos secundarios graves, complicando aún más una campaña de vacunación en Europa que ya estaba plagada de problemas.
Dinamarca y Noruega detuvieron la inoculación la semana pasada, tras reportar casos aislados de hemorragia, coágulos sanguíneos y un recuento bajo de plaquetas. Islandia y Bulgaria siguieron el ejemplo e Irlanda y Países Bajos anunciaron sus suspensiones el domingo.
España detendrá igualmente el uso de la vacuna durante al menos 15 días, informó la emisora Cadena Ser, citando fuentes anónimas.
La decisión de algunos de los países más grandes y más poblados de Europa aumentará la preocupación por la lenta administración de las vacunas en la región, que se ha visto afectada por una escasez debido a problemas en la producción de firmas como AstraZeneca.
Alemania advirtió la semana pasada que se enfrenta a una tercera ola de infecciones, Italia está intensificando sus confinamientos y los hospitales de la región de París están cerca de la saturación.
El ministro de Salud germano, Jens Spahn, dijo que aunque el riesgo de coágulos es bajo no puede ser descartado. «Es una decisión profesional, no política», señaló, agregando que sigue la recomendación del Instituto Paul Ehrlich, el regulador de vacunas de Alemania.
Francia anunció la suspensión del uso de la vacuna pendiente de la evaluación del regulador de medicinas de la Unión Europea, prevista para el martes. Italia dijo que su suspensión es «una medida de precaución temporal» a la espera del dictamen del regulador.
Austria y España interrumpieron el uso de partidas particulares y fiscales de la región del Piamonte, en el norte de Italia, se incautaron antes de 393.600 dosis tras la muerte de un hombre horas después de su inoculación. Es la segunda región que adopta esta medida tras Sicilia, donde dos personas fallecieron poco después de recibir la dosis.
La Organización Mundial de la Salud instó a los países a que no suspendan la vacunación contra una enfermedad que ha causado más de 2,7 millones de muertes a nivel mundial. El jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que los sistemas están funcionando para proteger la salud pública.
«Esto no significa necesariamente que estos eventos estén relacionados con la vacunación contra el COVID-19, pero es una práctica rutinaria investigarlos, y demuestra que el sistema de vigilancia funciona y que hay controles efectivos en marcha», dijo Tedros durante una comparecencia virtual ante los medios en Ginebra.
Según indicó, el martes habrá una reunión del comité asesor sobre AstraZeneca.
Reino Unido afirmó, por su parte, que no tiene preocupaciones, mientras que Polonia indicó que los beneficios superan a los riesgos.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) señaló que hasta el 10 de marzo se reportó un total de 30 casos de coágulos entre las cerca de 5 millones de personas vacunadas con AstraZeneca en el Área Económica Europea, que une a 30 países europeos.
Información de Reuters