En enero de 2017, Finlandia comenzó a pagar a 2.000 personas desempleadas de entre 25 y 58 años, 560 euros mensuales.
No hubo obligación de buscar o aceptar empleo durante dos años ordenado por el gobierno de centroderecha, que dirige el país en economía de austeridad. Si aceptaban un trabajo, continuarían recibiendo el mismo pago.
La prueba es de ingreso básico universal, con la esperanza de que los pagos reduzcan los costos generales de seguridad social y reduzcan la tasa de desempleo, incentivando a las personas a aceptar un trabajo remunerado o contribuyendo a la sociedad como voluntarios.
El plan ha recibido atención de los medios globales y se considera como un punto de inflexión para el movimiento progresista, por sus los resultados positivos.
Una participante ha dicho que está menos ansiosa porque ya no tiene que preocuparse por las llamadas del centro de trabajo que ofrece un trabajo que no puede aceptar porque está cuidando a sus padres ancianos.
Juha Jarvinen, uno de los participantes que tiene 39 años y está casado, tiene seis hijos y un perro, le dijo a la BBC :
Me sentí como un hombre libre. Salí de la cárcel y la esclavitud … Sentí que había vuelto a la sociedad y recuperé mi humanidad, así que estaba súper feliz.
Juha tiene un negocio de fabricación de baterías que genera alrededor de 1000 euros al mes además de los 560 que recibe en UBI. Él dice que sin el UBI, no habría podido volver al trabajo.
El gobierno escocés comenzará a buscar propuestas de prueba similares a fines de marzo de 2018.
Con información de Indy100