Gracias a un solo espécimen se está trabajando para evitar la extinción de las tortugas gigantes de las islas Galápagos.
Se trata de Diego, una tortuga de 100 años de edad, y cuyo desempeño sexual ha culminado en 800 crías en el Puerto Ayora, en la isla Santa Cruz.
Al parecer todo inició hace 50 años, cuando solo había dos machos para 12 hembras en toda la isla. Además de que no lograban embarazar a sus parejas, se complicaba la situación por la distancia entre ambos grupos.
Por ello, el Zoológico de San Diego prestó a nuestro protagonista de la especie chelonoidis hoodensis a la isla en 1976. Desde entonces, el número de tortugas gigantes empezó a aumentar considerablemente.
La especialista del Parque Nacional Galápagos, Washington Tapia, investigó a la familia de Diego y encontró que era padre de al menos 40% de los descendientes.
“Es un macho reproductor sexualmente muy activo. Ha contribuido enormemente a la repoblación de la isla”, dijo la científica.
¿Sorprendente, no?
Con información de Click Necesario, Animal Político e Infobae