Durante los 90 minutos que duró el debate entre los candidatos a la gobernación del Estado de México, se cruzaron ataques y lamentos por la inseguridad y pobreza que padece la demarcación actualmente gobernada por el PRI.
Con la excepción de la candidata independiente Teresa Castell, todos fueron acusados por corrupción. Castell aprovechó su inexistente carrera política para denostar cuanto han hecho los partidos y sus gobiernos, sin recibir siquiera una mirada de sus oponentes.
Las acusaciones de corrupción fueron diversas: desde amigos que hacen negocios con el gobierno estatal en turno hasta la acusación de la panista Josefina Vázquez Mota a Delfina Gómez, de Morena, de haber robado 10 por ciento del salario de los trabajadores de Texcoco cuando fue presidenta municipal para financiar a su partido. «Eso se castiga con cárcel», sentenció la panista.
“El salario es lo más sagrado para las familias y tú se los robaste. Esperamos tu explicación, no sólo yo, sino las familias a las que privaste de sus ingresos”, acusó Vázquez Mota. Sin embargo, Delfina Gómez no cayó en la provocación y en su intervención final dijo que si la atacaban era porque su campaña iba “superrequetebién”.
En el tema seguridad, Juan Zepeda, del Partido de la Revolución Democrática y Óscar González, del Partido del Trabajo lamentaron que policías sean enviados a cuidar plazas comerciales y casas de políticos en lugar de proteger a los ciudadanos; Vázquez Mota consideró que la inseguridad se resolverá generando empleos, y Delfina Gómez apostó por reconstruir el tejido social y dar a los jóvenes espacios culturales, deportivos y de esparcimiento. Alfredo Del Mazo reconoció que la delincuencia es uno de los grandes pendientes del actual gobierno estatal priista.
En el tema corrupción todos apuntaron contra el PRI con los casos de OHL y Grupo Higa, y sus relaciones con los gobiernos priístas.
Vázquez Mota prometió que acabaría con la economía del compadrazgo, en tanto, Juan Zepeda, del PRD, aseguró que revertirá las concesiones que se hayan asignado a estas empresas y que las carreteras mexiquenses quedarán libres de peajes. Óscar González, del PT, dijo ser el más honesto de los candidatos y ofreció meter a la cárcel al gobernador Eruviel Ávila, por lo que se ha robado y al presidente Enrique Peña Nieto, por la situación en que dejó al Estado de México. Por su parte, Del Mazo ofreció transparentar todas las licitaciones y contratos de obra que realice su gestión, y atacó a Delfina Gómez.
El tercer bloque se dedicó al tema de desarrollo social. La panista y la candidata de Morena aseguraron que los gobiernos estatales y federales amenazan con quitar diversos subsidios si pierde el PRI. Del Mazo reviró que la oposición pretende desaparecer programas sociales y que él pugnará por ampliarlos.
Luego del debate, los candidatos de PRI, PAN y PRD rentaron salones de hoteles contiguos al recinto donde se realizó el debate para declararse ganadores, mientras el petista Óscar González celebró con una banda musical fuera del instituto.
Con información de La Jornada