¿Qué plantea el Paquete 2026?
El gobierno propone aumentar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sobre refrescos, tabaco y videojuegos violentos. Estos “impuestos saludables” buscan recaudar 41 mil millones de pesos adicionales, que supuestamente se integrarán a un “fondo de salud” para atender enfermedades crónicas como diabetes o cáncer.
La salud recibe menos recursos; hay recorte real e inversión ficticia
A pesar de la recaudación proyectada, la Secretaría de Salud registró un recorte real de 34% en 2024, con un gasto programable que cayó a 66,693 millones de pesos. En lo que va del año, el descenso es de 17.9% real: apenas 28,449 millones erogados en salud a julio.
Además, el presupuesto aprobado para 2025 asignó 66,825 millones a salud, un monto 3.2% inferior al de 2024. Para 2026 se proyecta un ligero aumento nominal a 965,600 millones, pero esto no cubre el rezago de años anteriores ni garantiza atención efectiva.
No hay mecanismos de etiquetado ni modelo sanitario real
Hacienda aseguró que los recursos extra del IEPS estarán “identificados” como parte del presupuesto de salud, pero no hay ninguna reforma legislativa que etiquete esos fondos para fines específicos. Ni la Ley General de Salud ni ninguna normativa financia directamente diagnóstico, tratamiento o medicina.
El modelo fiscal actual sigue sin corregir la coordinación intergubernamental para contar con un verdadero Fondo de Salud universal y previsible.
Crónica de un fracaso anunciado
- Enero–Julio 2025: fuerte subejercicio en salud con caída programable real de 17.9%.
- 2024: recorte real de 34% en presupuesto de salud.
- 2025 aprobado: 66,825 millones, 3.2% menos que 2024.
- 2026 proyectado: presupuesto nominal de 965,600 millones, pero sin iniciativa para etiquetar el IEPS.
- Suma IEPS saludables: 41 mil millones, sin destino claro asignado por ley.
¿Entonces?
Este Paquete Económico es un engaño envuelto en discurso “humanista”. Suben impuestos, sí, pero no hay justicia social ni salud pública real detrás. La política fiscal se usa como fachada, mientras las medicinas faltan y los hospitales colapsan. Si la transformación significa descuidar el derecho más básico (la vida) entonces lo que hay es una farsa con rostro sensible, pero sin corazón. El sistema fiscal no curará a nadie si ni siquiera está jalando en la misma dirección.