El 13 de Noviembre se conmemora el 30 aniversario del desastre volcánico más mortal de la era moderna matando a más de 25,000 personas por un gran lahar en originado en el Nevado del Ruiz. Con 5,321 m s.n.m. el Nevado del Ruiz está ubicado en los departamentos (estados) de Tolima y Caldas, Colombia; esta fue la 2ª erupción más importante del siglo XX después de la erupción del volcán Pelée en la isla de Martinica (Caribe) en 1902 que mató a más de 29,000 personas
Brevemente te cuento qué es un lahar:
Un lahar es un flujo de agua + escombros volcánicos (ceniza, lapilli, rocas…) y todo material suelto como vegetación que es arrastrado ladera abajo del volcán con una consistencia similar a la del cemento líquido con velocidades que dependerán de la pendiente de las laderas pudiendo llegar por oleadas y no siempre como una gran masa de agua; se forman por lluvias torrenciales en el área del volcán y por la fusión del hielo producto de explosiones con expulsión de fragmentos incandescentes, flujos de lava, y flujos piroclástiocos.
Este video da muestra del gran peligro de los lahares por su rápida evolución y gran alcance dependiendo de su magnitud.
La noche del 13 de noviembre comenzó a gestarse el desastre cuando una explosión moderada a fuerte, como muchas que ha tenido el Popocatépetl o el Volcán de Colima, arrojó fragmentos incandescentes produciendo también flujos piroclásticos fusionando el 10% de un gran glaciar. A los pocos minutos 30 millones de metros cúbicos de agua, que al combinarse con cenizas depositadas de erupciones previas y escombros, generaron un flujo de lodo (lahar) estimado en 60 millones de metros cúbicos que descendieron por las barrancas y cauces de ríos que nacen en el volcán.
El saldo fue de 25,000 muertos entre las ciudades de Armero y Chinchiná dejando también más de 3000 heridos, 150,000 personas afectadas/desplazadas, perdidas económicas superiores a los 250 millones de dólares, miles de cabezas de ganado perdidas y cientos de hectáreas de cultivo inutilizadas.
Muchas fueron las causas del desastre entre ellas la aparente lejanía del Nevado del Ruiz con respecto a Armero, situado a casi 50 km de distancia en línea recta (similar a la ciudad de Puebla con relación al Popocatépetl con 45 km), distancia que relajaron las medidas preventivas porque existía la creencia que las afectaciones serían en ciudades más grandes y cercanas al volcán como Manizales (Capital de Caldas) a tan solo 25km del volcán.
A esta tragedia se sumó que a pesar de la clara evidencia de Lahares en 1595 y 1845, con un tamaño hasta tres veces más grande que el del 13 de noviembre de 1985, la población desconocía estos referentes históricos para potenciales amenazas futuras.
En México hemos tenido lahares tanto en el Volcán de Colima como en el Popocatépetl. El último se presentó durante los días que el huracán “Patricia” golpeó a Jalisco y Colima.
Las lluvias torrenciales de “Patricia”, aunadas a la muy frecuente actividad que depositó grandes cantidades de ceniza sobre las cercanías del edificio volcánico, detonaron grandes lahares sobre la Barranca Montegrande y La Lumbre. Los habitantes de las comunidades cercanas a estos cauces fueron evacuados con mucho tiempo de anticipación y no hubo nada que lamentar.
Barranca Montegrande por donde descendieron los flujos piroclásticos durante la erupción de Julio de este año y los lahares en octubre:
Pequeño lahar en la barranca La Lumbre:
En el caso del Popocatépetl el lahar más grande registrado durante los últimos años ocurrió el 22 de enero de 2001 con la que fue la erupción más grande registrada hasta ahora (durante esta etapa eruptiva desde 1994). Una fuerte explosión produjo un flujo piroclástico que pasó sobre el glaciar removiendo cerca de 1 millón de metros cúbicos de agua descendiendo sobre las barrancas La Espinera y Tenenepanco; el flujo de lodo se detuvo a solo 1 km de Santiago Xalitzintla que es una de las comunidades más cercanas al cráter del volcán y la más expuesta al descenso de lahares y flujos piroclásticos.
La extinción de los glaciares del Popocatépetl ha limitado la producción de lahares por la expulsión de fragmentos incandescentes; si existiera gran actividad que deposite cenizas el potencial de lahares se verá incrementado ante la presencia de lluvias fuertes a torrenciales.
Hoy en día el Iztaccíhuatl y Citlaltépetl (Pico de Orizaba) aún cuentan con glaciares aunque ya en proceso de extinción pero que si llegan a despertar tras largos siglos de reposo (porque son volcanes activos) sería un peligro adicional para las comunidades cercanas a estos volcanes. Ante este tipo de peligros volcánicos estamos mejor preparados al contar con sistemas de detección de flujos y estaciones meteorológicas que permitan estimar lahares y dar aviso a la población con tiempo suficiente para poder evacuarlas.
PD.- El Servicio Meteorológico Nacional informó que las lluvias continuarán hasta enero de 2016 con precipitaciones por arriba del promedio para la época. Ya estamos presenciando los efectos de un fenómeno del “Niño” muy intenso y que ha superado al de 1997 el cual había sido el más intenso desde que se tienen registros. Tendremos un invierno muy frío y lluvioso en estados del norte, noroeste, occidente y centro del país.
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Alvaro Velasco