¿Cómo se le ocurre morir en miércoles?

Recientes

EE.UU. veta alto al fuego en Gaza en la ONU

Estados Unidos vetó este miércoles una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto al fuego inmediato y acceso humanitario en Gaza, en me...

Incendio mortal en anexo operado por primo de edil

Un incendio en el centro de rehabilitación “Volver a Vivir”, ubicado en la colonia Loma de Buenavista, dejó un saldo de 12 personas fallecidas. El inmueble,....

INE investiga 29 denuncias por uso de acordeones

INE informó que ha recibido 29 denuncias relacionadas con acordeones electorales, de las cuales 25 fueron por guías impresas en papel y cuatro por sitios web...

Trump duplica aranceles al acero y aluminio al 50%

Trump firma decreto que eleva al 50% los aranceles al acero y aluminio importados, argumentando protección a la seguridad nacional y a la industria local. El...

Activan alerta amarilla por lluvias y granizo en CDMX

La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección...

Compartir

Hace poco murió la abuela de una persona querida para mí que está estudiando su carrera en México. Como murió en miércoles, él se tuvo que regresar a mitad de la semana a la ciudad de la que es originario. Pensé que hubiera sido más conveniente que muriera en fin de semana. Definitivamente un pensamiento narcisista porque la muerte de un ser querido duele igual en cualquier día del mes o del año.

Me quedé pensando en todas las personas que conozco que se quedan con estos pensamientos narcisistas y no pueden sentir las cosas de otra forma. Hace mucho a una amiga le dio apendicitis y la tuvieron que internar de urgencia. Su madre la acompañó al hospital y llamó a todas sus amigas (de ella, su madre) a quienes les contaba estremecida: “Es que no saben, cuando mi hija me llamó, yo estaba recién salida de bañarme ¡imagínense! Me di un susto horrible y ni tiempo de arreglarme tuve, fue de espanto”.  Mientras mi amiga postrada en la cama del hospital, con el dolor y el impacto, escuchaba a su madre retratarse como la verdadera víctima del evento.

Eso es el narcisismo, y es penoso porque en verdad no pueden sentir empatía.  Uno tiene que irles traduciendo para que vayan entendiendo cuál es el sentimiento que sería adecuado tener en ese momento.  Recuerdo a una tía que no entendía que su enfermera no la pudiera atender el fin de semana porque su padre estaba muriéndose y quería estar a su lado. Mi tía me dijo: “pues que venga alguna de las hermanas, o ¿qué? ¿todas tienen que estar con el padre al mismo tiempo?”

También te puede interesar:  El narcisismo

En una ocasión que de adolescentes nos juntamos en mi casa, discutíamos con fervor e insolencia lo incómodo que era que los chicos que lavan los vidrios de los coches en las esquinas se lanzaran sobre el cofre y lo rayaran todo. Uno de nuestros amigos (ahora un gran director de cine) dijo acertadamente: “Más incómodo es ser uno de estos chicos que tiene que lavar vidrios para comer.” Todos nos quedamos de piedra. Tenía razón, y más razón en poner en evidencia nuestro egoísmo y la parcialidad de nuestra mirada.

Es cierto que muchas veces ponemos distancia afectiva de lo que nos rodea como una defensa. Nos defendemos del dolor de la muerte de alguien cercano en la que todos pierden, sobre todo el muerto, y no sabemos ni qué decir cuando vamos al funeral. Nos defendemos de ver la pobreza y la indefensión que nos rodea en un país como México donde las diferencias socioeconómicas parecen nunca acortarse. El cirujano se defiende de ver a su paciente como un ser humano sufriente porque piensa que así va a ser más eficaz en su trabajo. Y sí, lo digo como trabajadora en el área de la salud mental, a veces nosotros los psicoanalistas también nos defendemos de sentir el dolor de nuestros propios pacientes y no nos dejamos atravesar por sus sufrimientos. Nuestro trabajo implica que todos los días, muchas veces al día, nos conectemos con los momentos más dolorosos de la vida de otra persona, también los más gozosos. Lo considero un verdadero privilegio, sin duda, pero sí implica un movimiento afectivo importante. Sin embargo, es importante considerar que la posibilidad de vivir y significar la experiencia del otro nos deja una tremenda riqueza emocional a la que no debemos rehusarnos.

También te puede interesar:  ¿Cómo comunicarme con mis hijos adolescentes?

 

Comentarios