Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa, compareció este viernes en un tribunal de Nueva York donde se declaró inocente de 17 cargos, entre ellos tráfico de drogas y asesinato. El capo, uno de los narcotraficantes más buscados por las autoridades estadounidenses durante más de dos décadas, llegó a Estados Unidos bajo circunstancias poco claras, pero su arresto ha desatado una ola de violencia en México, particularmente en el estado de Sinaloa.
Zambada, de 75 años, participó en la audiencia a través de un intérprete. Apenas pronunció algunas palabras de cortesía y confirmó que entendía los procedimientos judiciales. «Bien, bien», fue su única respuesta cuando se le preguntó cómo se sentía. Sus abogados presentaron la declaración de inocencia en su nombre, y no se solicitó libertad bajo fianza.
Un arresto inesperado y las consecuencias en México
El narcotraficante fue entregado a las autoridades estadounidenses el 25 de julio, después de ser transportado en un avión privado desde México hasta un aeropuerto cercano a El Paso, Texas. La captura se produjo en un contexto lleno de misterio, ya que Zambada asegura haber sido secuestrado en México por Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien está cumpliendo cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos.
Desde su arresto, Sinaloa ha sido escenario de violentos enfrentamientos entre facciones rivales del cártel que buscan ocupar el vacío de poder dejado por Zambada. Las balaceras han cobrado varias vidas y provocado el cierre de escuelas y empresas en la ciudad de Culiacán. Las autoridades locales y federales han intensificado la seguridad en la región, pero la tensión continúa.
Un imperio de terror: la acusación contra Zambada
En una carta dirigida al juez, los fiscales de Brooklyn describieron a Zambada como “uno de los narcotraficantes más notorios y peligrosos del mundo”. Según las autoridades, el líder del Cártel de Sinaloa manejaba un vasto imperio de drogas que abarcaba México, Colombia, Ecuador y otros países, protegido por un ejército de sicarios y un arsenal militar. Estos sicarios no solo defendían los intereses del cártel, sino que también ejecutaban asesinatos para mantener la disciplina interna y eliminar a rivales o colaboradores de las fuerzas del orden.
Los fiscales destacaron un hecho perturbador: hace solo unos meses, Zambada habría ordenado el asesinato de su propio sobrino, demostrando la brutalidad con la que operaba para controlar su organización.
¿Qué sigue para “El Mayo”?
El arresto y la extradición de Zambada podrían marcar un antes y un después en la historia del narcotráfico mexicano. Mientras tanto, el panorama en Sinaloa se mantiene incierto, con facciones del cártel librando una violenta lucha por el control del territorio. Aunque Zambada ha mantenido un bajo perfil durante décadas, su captura y juicio en EE.UU. podrían revelar nuevos detalles sobre la estructura y operaciones del Cártel de Sinaloa, uno de los más poderosos de América Latina.
Ahora, el mundo observa de cerca el desenlace de este juicio que, sin duda, será clave para entender el futuro del narcotráfico en la región.