La sequía volvió a golpear a México con fuerza. En los estados de Chihuahua, Durango, Zacatecas y Coahuila, los productores agrícolas enfrentan una de las peores crisis en décadas: hasta el 80 % de las cosechas se ha perdido por falta de lluvias y heladas fuera de temporada.
El campo mexicano agoniza entre el abandono y la indiferencia. Los granos básicos (maíz, frijol, alfalfa y hortalizas) se marchitan en los surcos, mientras los productores denuncian que los apoyos del gobierno federal son tardíos, burocráticos o simplemente no llegan.
Una emergencia que ya se convirtió en catástrofe
De acuerdo con reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la falta de precipitaciones acumuladas desde abril ha dejado más de 80 % del territorio nacional con algún grado de sequía, con especial gravedad en el norte.
La dependencia solicitó declaratorias de desastre agrícola para varias regiones, pero los productores advierten que esos decretos solo existen en el papel.
“Nos dicen que esperemos, que el dinero llegará. Pero el campo no espera: se seca”, afirmó un agricultor de Jiménez, Chihuahua.
En Durango, los ganaderos reportan que los forrajes ya no alcanzan, y muchos han comenzado a vender su ganado antes de perderlo por completo.
Impacto social y alimentario
El costo humano de esta crisis se extiende más allá del campo. Con menos producción, el precio del maíz y del frijol podría subir entre 15 % y 20 % en los próximos meses, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
En comunidades rurales, las familias viven de lo que siembran y ahora dependen de la solidaridad de vecinos o de organizaciones locales. La pérdida no solo es económica: es también la ruptura del tejido comunitario y de la esperanza.
Entre discursos y realidad
Mientras el gobierno asegura que “no habrá crisis alimentaria”, los testimonios en el norte del país muestran otra verdad: pozos agotados, cosechas perdidas y pueblos que sobreviven con pipas de agua.
México enfrenta un reto monumental: transformar su modelo agrícola o resignarse a ver cómo el campo desaparece lentamente.
El clima cambió hace tiempo. Lo que no cambia es la ausencia de políticas efectivas para proteger a quienes alimentan al país.