BioNTech quiere aprovechar su éxito en la lucha contra el COVID-19 y desarrollar la primera vacuna contra la malaria basada en la tecnología de ARN mensajero, con el objetivo de iniciar ensayos clínicos antes de fines de 2022, en un intento por erradicar la enfermedad transmitida por mosquitos.
La compañía con sede en Maguncia, Alemania, que desarrolló una vacuna contra el COVID-19 con su socio Pfizer, dijo el lunes que también está explorando producir la vacuna en África como parte de sus esfuerzos por extender la capacidad de manufactura y ampliar el acceso global.
«La respuesta a la pandemia ha demostrado que la ciencia y la innovación pueden transformar la vida de las personas cuando todas las partes clave interesadas trabajan juntas hacia un objetivo común», dijo el director ejecutivo y cofundador de BioNTech, Ugur Sahin.
Científicos de todo el mundo han estado trabajando durante décadas para desarrollar una vacuna para prevenir la malaria, que infecta a millones de personas cada año y mata a más de 400.000, la mayoría de ellos bebés y niños pequeños en las partes más pobres de África.
La primera y única vacuna contra la malaria autorizada del mundo, Mosquirix, fue desarrollada por GlaxoSmithKline luego de muchos años de ensayos clínicos en varios países africanos, pero solo tiene un 30% de efectividad.
Los investigadores del Instituto Jenner de Oxford, dirigido por Adrian Hill, uno de los científicos principales detrás de la vacuna COVID-19 de Oxford-AstraZeneca, también están desarrollando una potencial nueva vacuna contra la malaria que ha resultado prometedora en un ensayo de un año.
Las vacunas de ARN mensajero (ARNm) inducen al cuerpo humano a producir una proteína que forma parte del patógeno, lo que desencadena una respuesta inmune.
BioNTech dijo que evaluará múltiples candidatos a vacunas que se dirigen a la proteína circumsporozoite (CSP), así como nuevos antígenos descubiertos en la investigación preclínica y seleccionará los más prometedores para un ensayo clínico que comenzará a fines de 2022.
La compañía también está evaluando establecer la producción de vacunas de ARNm en África, ya sea con socios o por su cuenta, como parte de los esfuerzos para aumentar la capacidad de fabricación en países de ingresos bajos y medianos.
BioNTech no reveló cómo se financiaría el proyecto, pero dijo que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Comisión Europea y otras organizaciones han ofrecido su apoyo para establecer la infraestructura necesaria.
BioNTech también planea comenzar un ensayo clínico para probar una vacuna candidata para la tuberculosis en 2022 y está trabajando con socios para desarrollar vacunas contra nueve enfermedades infecciosas diferentes, así como contra el cáncer.
Información de Reuters