El candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya Cortés, fue acusado de orquestar una red de empresas fachada que triangularon una suma millonaria en varios países y paraísos fiscales para simular la compra-venta de una nave industrial, con valor de 54 millones pesos, y con ello beneficiar a una compañía propiedad del panista
Uno de los dos contratistas sostuvo en la denuncia: “El propósito de la operación era ocultar el origen de los recursos, así como su destinatario final, simulando una compraventa para pagarle el precio a la citada empresa, Juniserra –propiedad de Anaya y su suegro Donino Ángel Martínez Diez–, utilizando para ello un valor que no correspondía al verdadero precio del inmueble. Por tanto, de esa forma lograr el objetivo de hacerle llegar los recursos a Ricardo Anaya por conducto de la mencionada empresa; esto, seguramente, por la gran relación de amistad que guardan Manuel Barreiro y Anaya desde hace muchos años”.
La empresa Juniserra, propiedad de Anaya, compró a Barreiro un lote del terreno marcado con el número 82, ubicado en la carretera estatal 431 km 2+200, Hacienda La Machorra, en el municipio de El Marqués, con superficie de 13 mil 589 metros cuadrados y valor de 10 millones de pesos.
En abril de 2016, Barreiro buscó a Daniel N y Alberto N para armar una red de empresas fachada o fantasmas, constituidas algunas de ellas por prestanombres o testaferros de toda la confianza del empresario queretano.
Entre dichas empresas se trianguló el dinero para perder el rastro de su origen, ya que el propio Barreiro pretendía recomprar el terreno, ahora catalogado como nave industrial, a la empresa de Anaya por cinco veces su valor original. En ningún momento sus clientes tuvieron contacto con el candidato presidencial del PAN.
“Para esto mis clientes constituyeron personas jurídicas colectivas y triangularon el dinero en los sistemas financieros de México, Canadá, Suiza, Gibraltar –territorio británico y paraíso fiscal– e islas Turcas y Caicos, en el Caribe.”
Tras pasar por estos países, la millonaria suma llegó a la empresa Tesorem, mediante la cual se habrían enviado los 54 millones de pesos a una compañía fantasma llamada Manhattan Master Plan Development, que pagó dicha suma a Juniserra.
La empresa de Anaya compraría otro lote en el mismo parque industrial a Barreiro. Probablemente con la idea de recircular el dinero y repetir la operación.
Anaya fue señalado desde 2016 de no reportar ingresos que justifiquen cómo cubre la residencia de su familia en Estados Unidos. En sus declaraciones patrimoniales informó de ganancias anuales por 1.1 millones de pesos. Además, se ha denunciado que empresas ligadas a él y su familia política crecieron de manera exponencial a la par de su carrera política.
Con información de La Jornada