La reforma al Poder Judicial promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue su curso en los estados de México, generando una intensa discusión sobre sus implicaciones para la justicia en el país. Aprobada en el Senado en medio de protestas, esta iniciativa ha sido avalada por cinco legislaturas locales—Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Tamaulipas y Quintana Roo—, mientras que Querétaro se convierte en el primer estado en rechazarla.
La propuesta pretende una modificación profunda de la estructura judicial, destacando la elección popular de jueces, magistrados y ministros bajo la supervisión del Instituto Nacional Electoral (INE). Para que esta reforma entre en vigor, necesita la aprobación de al menos 17 de los 32 estados, tras lo cual será promulgada en el Diario Oficial de la Federación.
#Querétaro es el primer Estado de la República Mexicana, en rechazar la Reforma Judicial de López Obrador,
FF— Fernanda Familiar (@qtf) September 11, 2024
La división de opiniones y los puntos críticos
Mientras que los congresos de estados como Tabasco y Tamaulipas han considerado la reforma como un paso hacia la democratización del sistema judicial, eliminando lo que llaman «prácticas de cuotas partidistas e intereses personales», otros sectores la ven con escepticismo. El diputado panista Miguel Hermina expresó que la elección popular de jueces es «imposible de implementar» y calificó la iniciativa como «ocurrencias precipitadas». Además, el rechazo del Congreso de Querétaro a la reforma refleja la creciente preocupación sobre los cambios propuestos, calificándolos como «una manzana envenenada» que parte de supuestos falsos.
En Veracruz, las protestas encabezadas por el magistrado en retiro Adrián Avendaño reflejan el descontento de algunos sectores del Poder Judicial, quienes acusan a los legisladores de ser «lacayos» del Ejecutivo.
Más allá de los posicionamientos políticos, la reforma introduce elementos como la figura de «jueces sin rostro» para proteger a quienes imparten justicia en casos relacionados con la delincuencia organizada. Sin embargo, esta y otras medidas han generado preocupación sobre la verdadera efectividad de estos cambios y si podrían derivar en un sistema judicial más politizado y menos imparcial.
El futuro de la justicia en México
Con cinco estados ya respaldando la reforma y uno en contra, el destino de esta propuesta sigue en el aire. La discusión continuará en cada legislatura local, y el resultado final dependerá de cómo se articule el debate en los próximos meses. Lo que está claro es que la reforma judicial se ha convertido en un tema central en el escenario político mexicano, obligando a todos los actores a definir su postura sobre cómo debería estructurarse la justicia en el país.