La reducción de la jornada laboral en México no es solo una necesidad humana, sino también económica, según Mario López Roldán, director del Centro de la OCDE en México para América Latina. Con un promedio anual de 2,207 horas dedicadas al trabajo, México encabeza la lista de países de la OCDE con mayor tiempo destinado a actividades laborales, superando en un 26.6% al promedio de 1,742 horas de los demás países miembros.
A pesar de una reducción anual de 20 horas en el último año, López Roldán cuestiona por qué los trabajadores mexicanos deben laborar 500 horas más que sus contrapartes de la OCDE. «Es necesario reducir no solo legalmente, sino en los hechos», afirma, subrayando que la disminución del tiempo de trabajo es vital para mejorar la calidad de vida y la productividad laboral.
El impacto del exceso de horas de trabajo en la salud es significativo. La OCDE destaca que el 16.7% de la población en México padece depresión, y el 50% experimenta ansiedad, condiciones que López Roldán relaciona con la falta de descanso. Además, los largos tiempos de traslado en centros urbanos agravan esta situación, afectando la salud y el bienestar de los trabajadores.
Desde una perspectiva económica, López Roldán argumenta que el descanso es clave para mejorar la productividad. «Si tienes trabajadores bien descansados, bien pagados y capacitados, estarán más comprometidos, serán más creativos y todo esto redunda en una mayor productividad», asegura. Además, subraya la necesidad de educar a empresarios, trabajadores y legisladores sobre la relación entre el descanso y el desempeño laboral.
Aunque la reducción de la jornada laboral por sí sola no resolverá todos los problemas de productividad, es un paso importante hacia una fuerza laboral más saludable y eficiente en México. Otros factores, como los salarios, la capacitación y las condiciones de trabajo, también juegan un papel crucial en este proceso.