Un juzgado mexicano acogió la mañana del miércoles la primera audiencia de un proceso contra Emilio Lozoya, exdirector general de la petrolera estatal Pemex, acusado de actos de corrupción que involucran a la brasileña Odebrecht. El exfuncionario es el primer mexicano que comparece por la trama de sobornos a nivel internacional.
En el caso Odebrech, la empresa brasileña habría transferido un total de cuatro millones de dólares en abril, junio y noviembre de 2012 a empresas vinculadas a Lozoya y su familia. A cambio, el exdirectivo habría otorgado millonarios contratos a la firma brasileña cuando fue jefe de Pemex.
En marzo de 2012, según la Fiscalía, el exdirectivo pidió a la compañía de Brasil dinero para la campaña del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que llevó a Peña al poder.
Ayer, Lozoya, quien llegó extraditado desde España hace casi dos semanas, se declaró inocente el martes en otro proceso en donde se le acusa de la compra, con sobreprecio, de una planta de fertilizantes mientras fue mandamás de Pemex, entre 2012 y 2016.
La justicia mexicana imputó a Lozoya por actos de corrupción ligados a la compra de una planta de fertilizantes, dijeron autoridades judiciales, en el inicio de un juicio que enfrentará en libertad y podría salpicar al expresidente Enrique Peña.
Quien estuviera a cargo de Pemex entre 2012 y 2016 se declaró no culpable de recibir dinero para la adquisición irregular de una planta de fertilizantes de la firma Altos Hornos de México (AHMSA) calificada como «chatarra».
«Mi compromiso fue renunciar al juicio de extradición para que se aclare mi situación jurídica y en el momento de la exposición de datos de prueba demostraré que no soy responsable ni culpable de los delitos que se imputan», dijo.
La audiencia, que se realizó a través de videoconferencia porque el imputado se encuentra internado en un hospital privado de Ciudad de México, duró unas 12 horas. Tras ser extraditado a México, Lozoya se quejó de dolores en el esófago por el Síndrome de Barret.
La Fiscalía no solicitó prisión preventiva para el exfuncionario, y al término de la audiencia el juez dio un plazo de seis meses para cerrar la investigación y emitir una sentencia, por lo que Lozoya no iría a la cárcel en lo que resta del juicio aunque permanecerá bajo vigilancia especial.
Según la acusación formulada por la Fiscalía, mientras Lozoya fue mandamás de Pemex, la petrolera adquirió a fines de 2013 la planta de fertilizantes Agro Nitrogenados y otras unidades subsidiarias de AHMSA en 275 millones de dólares. La fábrica llevaba casi dos décadas sin funcionar y había sido calificada por ingenieros de Pemex como «chatarra».
Los abogados de Lozoya han asegurado que él siempre actuó bajo las órdenes de Peña -quien ha negado las acusaciones-, así como de Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda y excanciller, quien ahora vive en Estados Unidos.
«Denunciaré y señalaré a los autores de estos hechos y vuelvo a reiterar mi compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano», dijo Lozoya el martes antes de relevar que fue «sistemáticamente intimidado y presionado» para realizar los actos que se le imputan, sin brindar mayores detalles.
Información de Reuters