La organización Greenpeace México utilizó las instalaciones de la Central Termoeléctrica de Tula para mostrar como la contaminación producida al generar electricidad a base de combustóleo, contamina el aire, daña la salud y acelera el cambio climático.
Además, apuntaron que estos daños impiden gozar del cielo, el sol y el aire puro, en general del medioambiente, como lo señala uno de los puntos del «Decálogo para salir del coronavirus y enfrentar la nueva realidad», presentado hace unos días por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
En un comunicado, la organización explicó que para señalar esta contradicción y pedir una transición energética hacia fuentes renovables que respeten los derechos humanos, proyectaron una serie de mensajes sobre las columnas de humo y vapores de las torres de la refinería y la termoeléctrica de Tula.
Entre los mensajes que mostraron, estaban: «¿Gozar del cielo y aire puro?, «Aquí inicia el cambio climático», «Aquí se produce energía sucia» y «Sener: el combustóleo mata».
La manifestación se dio horas antes de que un juez concediera la suspensión definitiva al amparo presentado por Greenpeace, en estrategia conjunta con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), en contra del acuerdo y política en generación de energía eléctrica publicadas hace unas semanas y en los que bloquean a las energías renovables.
El acuerdo del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) para garantizar la eficiencia, Calidad, Confiabilidad, Continuidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional» fue emitido el 29 de abril
Mientras que la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional fue publicada el 15 de mayo
Ambas políticas se dieron con el argumento de garantizar la estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en la crisis del coronavirus y frenaron pruebas en plantas de energías renovables, pero se reactivaron tras impugnaciones de las empresas privadas.
«Con esta decisión se garantizan los derechos humanos a la salud, a un medio ambiente sano, a la sustentabilidad y a la legalidad», explicó María Colín, especialista en derecho ambiental de Greenpeace México.
La abogada consideró el fallo «como una victoria ciudadana que restablece derechos que habían sido vulnerados por ambos instrumentos jurídicos».
En tanto, Anaid Velasco, coordinadora de investigación del CEMDA, señaló que «la suspensión es congruente con la responsabilidad de garantizar mejores condiciones de vida para las generaciones presentes y futuras».
En el comunicado se apuntó que el Programa Sectorial de Energía 2020-2024 (Prosener), próximo a oficializarse, «propone incrementar la quema de combustóleo para la generación de electricidad así como aumentar la extracción y exploración de hidrocarburos.
Además de incrementar la capacidad de refinación y la extracción e infraestructura para gas natural, «con el argumento de reducir las importaciones de combustibles, alejándonos de la reducción de emisiones para combatir el cambio climático».
Información de EFE