El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) canceló el 23 de marzo pasado la compra de más de 208,000 cubrebocas que se había concretado una semana antes, con un sobrecosto de más de 400% en comparación con el precio de 2019.
Ese mismo día, Zoé Robledo, director del Instituto, se vio obligado a convocar a una negociación con un proveedor que aseguraba tener cinco millones de cubrebocas, marca 3M y modelo N95. De acuerdo con la empresa resultan efectivos contra la tuberculosis y control de pandemias, de ahí la enorme demanda que tienen en este momento.
Este lunes, Hiroshi Takahashi detalla al respecto en El Sol de México que al encuentro convocado por Robledo acudió el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, la oficial mayor de la Secretaría de Hacienda, Thalía Lagunas, y funcionarios de la Secretaría de la Defensa Nacional, Protección Civil y la Secretaría de Salud.
«La cita fue en el antiguo Hospital del Estado Mayor Presidencial y, unos 30 minutos después de la hora pactada, llegaron dos personas que fueron identificadas como vendedores de equipos de salud, aunque en realidad eran los intermediarios del verdadero proveedor y dueño de los materiales, quien supuestamente es un uruguayo que tiene las mascarillas en México.
«Los vendedores llegaron tarde y no se dejaron intimidar», escribe el periodista.
Así, los negociadores se negaron a modifica el precio, a lo que David Razú, director de Vinculación Institucional y Evaluación de Delegaciones del IMSS, habría respondido con amenazas de confiscación.
Con información de El Sol y Milenio