En su última conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) promulgó dos reformas constitucionales clave que marcarán el cierre de su mandato: la militarización de la Guardia Nacional y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.
La primera reforma, que entrega el control de la Guardia Nacional al Ejército, ha sido duramente criticada por la oposición y organismos internacionales, quienes alertan sobre la creciente militarización de la seguridad pública en México. La Guardia Nacional, creada en 2019 con la promesa de ser un cuerpo civil, ahora quedará bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional.
López Obrador defendió su decisión argumentando que el control militar garantiza que la institución sea sólida, honesta y libre de vínculos con el crimen organizado. Aseguró que con 130 mil elementos y 500 cuarteles, la Guardia Nacional está preparada para proteger a los ciudadanos y mantener la seguridad pública.
Por otro lado, la segunda reforma representa un avance histórico para los 68 pueblos originarios de México, al reconocerlos como sujetos de derecho público con personalidad jurídica y patrimonio propio. Esta reforma obliga a consultar a las comunidades indígenas sobre proyectos que las afecten y declara a México como una nación multiétnica, donde 23 millones de personas se identifican como indígenas.
Claudia Sheinbaum, próxima presidenta, ha prometido dar continuidad a las reformas restantes que López Obrador deja pendientes, como la transformación del Instituto Nacional Electoral (INE) y la eliminación de los reguladores autónomos.
AMLO termina su sexenio firmando la promulgación de la #ReformaALaGuardiaNacional y la de Pueblos Indígenas en su última ‘mañanera’ en Palacio Nacional. pic.twitter.com/db5tmpPARj
— Proyecto Puente (@ProyectoPuente) September 30, 2024