La activista climática Greta Thunberg denunció que ella y otros 11 activistas propalestinos fueron «secuestrados en aguas internacionales» por la marina israelí, cuando navegaban rumbo a la Franja de Gaza a bordo del velero Madleen, cargado con ayuda humanitaria.
Thunberg fue escoltada a tierra por las autoridades israelíes y expulsada del país, regresando vía aérea a Francia, donde ofreció declaraciones desde el aeropuerto Charles de Gaulle.
“No violamos ninguna ley. No hicimos nada malo”, declaró. “Fuimos llevados a Israel contra nuestra voluntad. Pido la liberación inmediata de mis compañeros”.
El barco fue fletado por la Coalición de la Flotilla de la Libertad, un movimiento creado en 2010 para romper el bloqueo a Gaza mediante acciones pacíficas y entregas simbólicas de ayuda. En esta ocasión, entre los activistas había ciudadanos de Francia, Alemania, Brasil, Turquía, Suecia, España y Países Bajos.La diplomacia francesa confirmó que cuatro de sus nacionales, incluida la eurodiputada Rima Hassan, se negaron a firmar documentos de expulsión, por lo que permanecen detenidos a la espera de ser presentados ante un juez en Israel.
Thunberg pidió además que se permita el ingreso inmediato de ayuda humanitaria a Gaza, un alto al fuego y “el fin de la ocupación israelí”.
Israel respondió que los activistas intentaron “una provocación mediática con fines publicitarios” y defendió la interceptación del velero como parte de sus medidas de seguridad ante el conflicto con Hamas.
Mientras tanto, la situación humanitaria en Gaza sigue deteriorándose. Según la ONU, los bombardeos y el bloqueo han llevado a la población al borde de la hambruna, y se intensifica la presión internacional para poner fin a la guerra.