Una joven chilena que sufrió un daño irreversible en sus ojos tras mirar un eclipse solar sin lentes especiales compartió su experiencia en la Red mediante un video en el que advierte a los usuarios de ese peligro, con ocasión del eclipse total que se vivió este martes en la región meridional de Sudamérica.
La radiación ultravioleta o infrarroja puede producir efectos nocivos para los órganos de la visión. Y ese justamente fue lo que le sucedió a Daniela Ponce, la autora del material, al observar en el 2010 un eclipse parcial en la localidad chilena de Quilpué.
Los fotorreceptores de la retina de ambos ojos resultaron quemados por la luz del sol. Y desde entonces tuvo que empezar a usar lentes de manera permanente.
«Quedó tatuada la luz y la sombra del eclipse de Sol en mis ojos«, expresó Ponce. Y añadió: «Duele mucho, me dio estrés postraumático, me tuve que cambiar de carrera, fue una cosa que cambió mi vida para siempre«.
Daño inadvertido
Durante un eclipse, el Sol se encuentra opacado por la sombra de la Luna, de modo que podemos observarlo de manera directa por un tiempo más prolongado sin experimentar ninguna molestia o dolor. Sin embargo, la radiación ultravioleta e infrarroja llega de todas formas a nuestros ojos sin que percibamos el daño que nos inflige.
Por ello, al mirar un eclipse, es necesario utilizar lentes certificados u otro tipo de material transparente, por ejemplo el cristal de una máscara de soldar, para proteger nuestra visión.