La Casa Blanca advirtió que los cárteles mexicanos están «sobre aviso» y aseguró que tomará medidas drásticas para garantizar la seguridad en la frontera con México. La declaración forma parte de la estrategia del presidente Donald Trump, quien ha intensificado su ofensiva contra el narcotráfico desde su regreso al poder.
Guerra frontal contra los cárteles
El gobierno de Estados Unidos responsabiliza a los cárteles mexicanos de fabricar y distribuir fentanilo, la droga sintética que causa miles de muertes por sobredosis cada año en su territorio. En un mensaje contundente, el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, prometió:
«Vamos a abrir las puertas del infierno contra los cárteles. Basta ya. Estamos garantizando la seguridad de nuestra frontera y los cárteles están sobre aviso”.
Además, EE.UU. designó como organizaciones terroristas globales a seis cárteles mexicanos, incluyendo el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, así como a la pandilla MS-13 y el Tren de Aragua.
🚨 Asesor de la Casa Blanca promete ‘desatar el infierno’ sobre los cárteles
Mike Waltz (@MikeWaltz47), asesor de seguridad Nacional de la Casa Blanca, informó que se está reforzando la seguridad en la frontera entre México y Estados Unidos y advirtió a los grupos criminales:… pic.twitter.com/5gqdYQsDDG
— Político MX (@politicomx) February 21, 2025
¿Intervención militar en México?
El secretario de Estado, Marco Rubio, dejó abierta la posibilidad de utilizar la fuerza militar contra los cárteles, aunque aclaró que la prioridad es trabajar con el gobierno mexicano. Sin embargo, advirtió que si estas organizaciones representan una amenaza inminente, Estados Unidos usará todos los recursos disponibles para enfrentarlas.
Respuesta de México: «Nunca subordinación»
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó cualquier injerencia extranjera y dejó claro que la cooperación no significará pérdida de soberanía:
«Pueden ponerles el nombre que quieran, pero con México es coordinación, nunca subordinación, no injerencismo y menos invasión”.
Para reforzar el control fronterizo, Sheinbaum ordenó el despliegue de 10,000 soldados en la zona limítrofe. Su gobierno también acordó con Trump posponer aranceles a las exportaciones mexicanas, en un intento por mantener estabilidad comercial mientras se negocian estrategias de seguridad.
Una relación en tensión
En las últimas semanas, funcionarios de ambos países han sostenido reuniones y llamadas telefónicas de alto nivel. Incluso, Trump elogió a Sheinbaum por su enfoque en la prevención del consumo de drogas, una estrategia que el presidente estadounidense planea impulsar con una masiva campaña publicitaria.
La guerra contra los cárteles avanza en un terreno complicado, con un equilibrio delicado entre seguridad, soberanía y relaciones diplomáticas. El desafío para ambos gobiernos será contener la crisis sin desatar un conflicto mayor en la frontera.