Científicos de la Universidad Técnica de Delft, Holanda, realizaron un experimento que confirma que los objetos separados entre sí por una gran distancia pueden afectar instantáneamente sus comportamientos.
Este hallazgo otorga mayor credibilidad al principio de la física clásica conocido como “localidad” que Einstein rechazó repetidamente. El científico alemán había afirmado que la teoría cuántica necesitaba una “acción fantasmagórica a distancia”, y se negó a aceptar la idea de que el universo pudiese comportarse de una manera tan extraña y aparentemente aleatoria.
El experimento, dirigido por Ronald Hanson, físico del Instituto Kavli de Nanociencia, en el que han colaborado científicos españoles y británicos, es la prueba más concluyente que apoya las afirmaciones fundamentales de la teoría de la mecánica cuántica sobre la existencia de un mundo extraño, formado por un tejido de partículas subatómicas, donde la materia no adopta una forma hasta que se observa, y donde el tiempo no solo avanza, sino que también retrocede.
“Estas pruebas se hacen desde finales de la década de 1970, pero siempre de una forma que exigía suposiciones adicionales”, explica Hanson. “Ahora hemos confirmado la existencia de una acción fantasmagórica a distancia”.
Los investigadores pudieron entrelazar dos electrones separados por una distancia de 1,3 kilómetros y luego compartir información entre ellos. El director del experimento imagina una red de comunicación cuántica formada por una cadena de partículas entrelazadas que rodea todo el planeta. Dicha red permitiría compartir con seguridad claves de codificación y conocer los intentos de espionaje con una certeza absoluta, en el caso de internet.
Con información de Sopitas