El argentino Jorge Mario Bergoglio inicia este lunes su quinto año de pontificado manteniendo altos niveles de popularidad, pero afrontando algunas críticas por decisiones en el gobierno de la Iglesia católica y por aperturas a nivel pastoral.
Uno de los focos de las críticas dentro se centra en la exhortación apostólica “Amoris Laetitia” (El gozo del amor”) del 19 de marzo de 2016, especialmente en el capítulo número 8 en el cual se sugiere que algunos católicos divorciados vueltos a casar podrían acceder a la comunión tras un discernimiento escrupuloso.
Por este motivo, en septiembre pasado, cuatro cardenales enviaron una carta al Papa manifestando su desacuerdo con el magisterio de Francisco, quien nunca respondió a los cuestionamientos.
Unas semanas después, el 4 de febrero pasado, decenas de afiches anónimos aparecieron en las calles de Roma, en los cuales se cuestionan varias decisiones del pontífice, junto a una foto suya con gesto adusto.
Entre los cuestionamientos destacaron “ignorar a los cardenales”, el “remover sacerdotes”, el haber intervenido a la congregación de los Franciscanos de la Inmaculada y la Soberana Orden de Malta.
Frente ha las críticas, Francisco a dicho: “Desde el momento en que he sido elegido Papa no he perdido la paz. Comprendo que a alguien no le guste mi modo de actuar; hay tantos modos de pensar, es legítimo y también es humano, es una riqueza”.
El índice de popularidad y aceptación de Francisco se mantiene en niveles muy altos. Cada semana miles de personas asisten a sus ceremonias, actos públicos y bendiciones.
Con información de La Silla Rota