La administración capitalina aprobó una contraprestación anual de 2 mil 350 millones de pesos, por 30 años, para el funcionamiento de la planta de termovalorización más grande del mundo, que se construirá en el relleno sanitario Bordo Poniente.
La central, generadora de electricidad destinada al Metro, funcionará a partir del procesamiento de 4 mil 500 toneladas de basura; mientras las 49 mil 275 toneladas de cenizas al año que generará, consideradas residuos peligrosos, se enviarán a depósitos en Nuevo León o Coahuila.
Federico Casares, director de desarrollo de negocios de Veolia, empresa ganadora de la licitación para desarrollar, construir, operar y mantener dicha planta durante 30 años, precisó que 3 por ciento de las 4 mil 500 toneladas de residuos inorgánicos que se recibirán, se convertirán en cenizas.
«Dicho material es considerado peligroso, por lo que será enviado a su planta de tratamiento en Mina, Nuevo León, que funciona desde 1985, para que sea colocado en celdas de alta seguridad, o a otra planta autorizada, ubicada en Ramos Arizpe, Coahuila», explicó.
Explicó que la Ciudad de México es una de las cinco ciudades que más basura generan en el planeta y por cada tonelada de desechos inorgánicos que se trate, se dejará de emitir una tonelada de dióxido de carbono a la atmósfera.
Con información de La Jornada