En un reciente comunicado, la Cancillería de México informó que agentes estadounidenses han encontrado un cuerpo atrapado en la barrera de boyas instalada por las autoridades del estado de Texas en el río Bravo, con el propósito de impedir el paso de migrantes indocumentados.
La Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana anunció que el cuerpo está siendo recuperado y que se iniciarán las labores de identificación del cadáver. Sin embargo, no se proporcionaron detalles sobre la causa del fallecimiento.
La Cancillería aprovechó esta ocasión para reiterar su rechazo al despliegue de las boyas, subrayando el riesgo que representan para los migrantes que buscan cruzar la frontera.
Estas boyas esféricas, de casi un metro de diámetro y con un revestimiento de púas, son la más reciente medida implementada por el gobierno de Texas para evitar que migrantes indocumentados crucen la sección del río Bravo que cubre la mitad este de la frontera entre Estados Unidos y México.
La barrera de boyas, que se extiende por más de 300 km cerca de Eagle Pass, ha sido objeto de controversia y preocupación. La cancillería mexicana reiteró su posición, considerándola una violación a la soberanía del país, y manifestó su inquietud por el impacto en los derechos humanos y seguridad de los migrantes.
Esta medida de Texas también ha sido cuestionada por el Departamento de Justicia de EE.UU. y por más de 60 organizaciones de derechos humanos, quienes han firmado una carta conjunta solicitando el fin de las estrategias fronterizas violentas y la retirada de las boyas.
La situación en la frontera entre México y Estados Unidos sigue siendo motivo de discusión y preocupación, en medio de esfuerzos para abordar el flujo migratorio y garantizar el respeto a los derechos humanos de quienes buscan un mejor futuro en suelo estadounidense.