Andrés Manuel López Obrador formalizó su registro como precandidato presidencial de Morena. En un acto sobrio, solo con la presencia de la dirigencia del partido, sostuvo que su prioridad será la seguridad pública, y abundó en la propuesta que causó polémica: «haremos todo lo necesario para conseguir la paz, someteremos a debate y consulta, principalmente con las víctimas, la posibilidad de otorgar amnistía a infractores que opten por su readaptación. Así ha sucedido en México y en otros países del mundo.»
Vaticinó que en su gobierno se dejarán sin efectos «las medidas establecidas en la mal llamada reforma educativa y, en acuerdo con maestros y padres de familia, emprenderemos acciones para una mejoría verdadera de la calidad de la enseñanza.»
Entre sus prioridades enumeró: «la atención, con urgencia, de la grave problemática del sector energético del país; se detendrá la caída en la producción de petróleo, gas, gasolina, diésel y petroquímicos.»
Anticipó que las seis refinerías existentes se modernizarán y se construirán dos más para que todo el petróleo crudo se refine en México y se cancele la importación, a sobreprecios, de 600 mil barriles diarios de gasolina. En paralelo, se impulsaría la transición hacia el uso de energías alternativas renovables.
Mencionó que como apoyo a los jóvenes que cursen el nivel medio superior tendrán una beca mensual; «3 mil universitarios de familias de escasos recursos obtendrán apoyos de 2 mil 400 pesos mensuales, y a quienes despectivamente se les denomina ninis, serán contratados para capacitación laboral, con una percepción mensual de 3 mil 600 pesos; becarios sí, sicarios, no.»
Al referirse al proyecto económico, destacó que el gobierno federal asumirá el papel promotor del desarrollo y fortalecimiento del mercado interno, que no implicará más impuestos, pero tampoco mayor endeudamiento. Confió en que los ahorros captados por la lucha contra la corrupción y el gasto suntuario, permitirán promover proyectos productivos.
Con información de La Jornada