En la Cámara de Diputados, se aprobó ayer la Ley General de Desaparición Forzada y se turnó al Ejecutivo para su publicación y entrada en vigor.
Se trata de un instrumento con el que se pretende dar certeza a las familias en la investigación, persecución y sanción de un delito que ha dejado más de 30 mil 499 víctimas hasta diciembre de 2016.
Morena y PRD indicaron por separado, que si bien la desaparición forzada de personas es una práctica instaurada en el país desde la denominada guerra sucia, en los gobiernos de las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, se agudizó en la administración de Felipe Calderón Hinojosa, quien impuso al país su ‘‘guerra’’ contra el crimen organizado.
Desde la tribuna y ante organizaciones de familiares, a quienes la mesa directiva abrió las galerías del recinto parlamentario, la diputada de Morena, Ernestina Godoy, describió por qué México es el único país donde la desaparición forzada es una rutina.
‘‘Esa guerra iniciada por el PAN y Calderón dejó muerte y destrucción. En México se desaparece personas para silenciar periodistas, sembrar terror, tapar la corrupción y eliminar adversarios políticos, acabar con la protesta, apropiarse del patrimonio de personas, terminar con la competencia, reafirmar el machismo, ganancia económica, por disgusto, quedar bien, por despecho, porque son jóvenes o mujeres, por religión, por preferencia sexual, por el color de piel, por las ideas, por su profesión. ¡Por todo! La maldad se ha instalado entre nosotros y todos lo hemos permitido.’’
Por su parte, Candelaria Ochoa, de MC, indicó a su vez que, desde la desaparición de Jesús Piedra Ibarra, Rosendo Radilla y ahora los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, la desaparición forzada no ha disminuido en México. ‘‘Constituye un abuso de poder porque se borra el principio de presunción de inocencia y se avasallan los derechos humanos y garantías de la víctima’’, concluyó.
Con información de La Jornada