La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, insistió que la misoginia influyó en la decisión de los parlamentaristas sobre el juicio político; argumentando que «está segura que sería tratada de forma distinta si fuera hombre».»Han tomado una actitud hacia mí que no tomarían con un hombre» y lamentó que exista un profundo «nivel de prejuicio contra las mujeres».Grupos de feministas catalogaron de sexistas algunos de los discursos y señalaron que algunos legisladores portaban letreros que decían Chao, querida.
Siguiendo la lógica, «Rousseff indicó que el juicio político es un acto explícito de venganza ya que su partido no ayudó al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, a evitar un posible juicio por acusaciones de corrupción. A Cunha se le acusa de recibir 5 millones de dólares en sobornos». También, mencionó que el vicepresidente Temer y el jefe del Senado, Renan Calheiros, también están implicados en el escándalo de Petrobras.
Con información de La Jornada