Una tragedia de proporciones inimaginables ha golpeado al estado de Guerrero tras el devastador paso del huracán Otis. Las autoridades han confirmado la pérdida de 48 vidas, siendo 43 de estas valiosas vidas residentes de Acapulco de Juárez y cinco de Coyuca de Benítez. La cifra de 263 extranjeros ha sido localizada, brindando un rayo de esperanza en medio de la devastación.
El huracán Otis dejó una estela de destrucción y dolor en su paso por Guerrero. Se reportan seis personas desaparecidas y un total de 273,844 viviendas afectadas en varias localidades. El sector hotelero, esencial para la economía local, ha sufrido daños significativos, con el 80% de los establecimientos afectados. Cerca de 600 hoteles y condominios han resultado dañados, generando preocupación para la industria turística.
En el ámbito eléctrico, 37 líneas de transmisión, 26 subestaciones eléctricas y una central de generación han sido afectadas. Aunque se ha logrado restablecer el servicio para más de la mitad de los usuarios afectados, todavía enfrentan dificultades considerables, con 10,212 postes eléctricos caídos en toda la zona afectada.
En el sector de la atención médica, 120 hospitales y clínicas en Acapulco de Juárez han sufrido diversos daños, creando una situación crítica para la atención médica en la región. Además, se han registrado 12 cierres de carreteras debido a la caída de árboles, deslaves y desbordamientos de cuerpos de agua, así como 24 derrumbes o socavones en caminos y vialidades, dificultando aún más los esfuerzos de ayuda y rescate.
En medio de esta tragedia, la solidaridad y la colaboración internacional han sido fundamentales. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha tenido un papel crucial en la localización y el traslado de personas extranjeras que se encontraban en la zona afectada. Tras las solicitudes de diversos países, como Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, Japón, Perú y Suiza, se ha logrado encontrar y trasladar a 263 personas extranjeras.
Además, se han enviado 26 toneladas de ayuda humanitaria a las comunidades afectadas, incluyendo despensas, colchonetas, agua, cobertores y plantas potabilizadoras. Estos esfuerzos conjuntos buscan aliviar las dificultades que enfrentan los residentes locales y proporcionar apoyo en un momento de extrema necesidad.
A pesar de la devastación, hay un rayo de esperanza en la solidaridad y la colaboración internacional que se ha desplegado en respuesta a esta tragedia. Las autoridades locales y las organizaciones de ayuda continúan trabajando incansablemente para brindar asistencia a las personas afectadas y restaurar la normalidad en la región. El camino hacia la recuperación será largo, pero la comunidad local no está sola en esta difícil travesía.