Finalmente Sudán, el último rinoceronte blanco macho ha muerto suponiendo la desaparición de la especie. El animal vivía en la reserva de Ol Pejeta, en Kenia, y ayer lunes quienes estaban a cargo de él decidieron «dormirlo», luego de que las complicaciones relacionadas con su edad empeoraron significativamente.
Las causas de su extinción se deben a la caza furtiva de las décadas de los 70 y 80. La caza del rinoceronte se debió a la demanda de cuernos, utilizada para medicina tradicional, así como para la elaboración de armas.
Pese a que aún quedan dos ejemplares hembras, la muerte de Sudán supone la desaparición de la especie. Aunque hay que señalar que previo a la muerte de Sudan, científicos recopilaron material genético para, en un futuro, efectuar fertilizaciones in vitro. Sólo será cuestión de que se desarrolle la técnica ideal para preservar a la subespecie.
Con información de El Universal