Mesut Ozil anunció su renuncia a la selección alemana tras la polémica suscitada por su fotografía del pasado mayo junto al presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
«Después de estos acontecimientos y muchas deliberaciones he tomado esta decisión. No jugaré más con Alemania mientras tenga esta sensación de racismo y falta de respeto», explicó el futbolista del Arsenal, que jugó 92 partidos con la ‘Nationalmannschaft’ desde su debut, en febrero de 2009.
Unas horas antes de este comunicado, Özil había explicado que «volvería» a hacerse «esa foto» con el dirigente turco. «Para mí, hacerme una foto con el presidente Erdogan no tiene nada que ver con la política o con las elecciones, sino con el respeto hacia el máximo cargo del país de mi familia», explicaba el zurdo, hijo de inmigrantes, que en la famosa sesión estuvo acompañado por Ilkay Gündogan.
La imagen se interpretó entonces como un apoyo explícito a la campaña por la reelección de Erdogan, quien mantiene unas relaciones más que tensas con la canciller Angela Merkel. El seleccionador, Joachim Löw, decidió mantenerlo tanto a él como a Gündogan en el equipo nacional y la propia Merkel expresó en un momento dado su deseo de que la afición dejara de abuchearles cada vez que saltaban al terreno de juego.
Durante muchos años, a Ozil se le consideró una referencia del colectivo germano-turco, el más numeroso en Alemania, con tres millones y medio de personas, la mitad de las cuales conserva su derecho a voto en Turquía. La controversia acompañó a ambos internacionales durante todo el Mundial y persistió tras la eliminación prematura de la selección, que defendía el título, en la fase de grupos de Rusia.
EFE