El presidente chino, Xi Jinping, conversó telefónicamente con su homólogo estadounidense, Donald Trump, para pedirle «contención».
La Casa Blanca informó de la llamada a través de un comunicado en el que asegura que Corea del Norte «debe frenar las provocaciones». El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, había pedido horas antes a ambos países que «eviten ir por el viejo camino de mostrar fuerza y escalar continuamente la situación» y reclamó «cautela» en las palabras y acciones.
Pekín aboga exclusivamente por la vía diplomática para que Corea del Norte renuncie a su programa de armamento nuclear. El país presidió a principios de siglo unas conversaciones multilaterales con los actores implicados, las dos Coreas, Estados Unidos, Japón, Rusia y China para tal fin, pero los encuentros resultaron infructuosos y terminaron suspendiéndose en 2009 porque Pyongyang se levantó de la mesa de negociación.
Pekín es partidario de una península coreana sin armas nucleares y teme la imprevisibilidad de Kim Jong-un, pero se ha mostrado reacio a ejercer medidas de presión que puedan desestabilizar al país vecino. Le irrita el programa nuclear norcoreano, pero más aún la posibilidad de un flujo de refugiados en caso de un conflicto armado o la desaparición de un Estado tapón que impide a las tropas estadounidenses estar presentes en su frontera nororiental.
Con información de El País