La cancelación del proyecto de instalar una planta en nuestro país contribuyó a una pérdida trimestral de neta para la compañía, la primera desde 2009.
Mark Fields, CEO de la automotriz, se reunió dos veces esta semana con Trump, que alabó a la compañía por abandonar sus planes de construir una planta de mil 600 millones de dólares para fabricar autos compactos en México y sumar en su lugar 700 empleos en Estados Unidos. En lugar de abrir una nueva planta en Estados Unidos, como quería el presidente, la compañía planea reducir su producción a corto plazo conforme el crecimiento de la demanda disminuye en toda la industria.
La actividad financiera de Ford estará vinculada en los próximos cuatro años a los caprichos de la Casa Blanca que tiene un interés especial en dónde se fabrican los automóviles y cuál será su eficiencia en el consumo de combustible.
“El presidente va a ser muy bueno para los negocios y la economía”, confía Fields. “No tenemos planes de construir nuevas plantas pero evidentemente queremos seguir haciendo crecer nuestro negocio”.Ford reiteró su orientación de que las ganancias caerán este año conforme empiece a invertir unos 4 mil 500 millones de dólares en electrificación y vehículos autónomos.
La compañía reportó una pérdida neta de alrededor de 800 millones de dólares el trimestre pasado, en comparación con un ingreso de mil 900 millones de dólares un año antes. Excluyendo el cargo relacionado con las pensiones, las ganancias bajaron 18 por ciento a 2 mil 130 millones de dólares.
Con información de El Financiero