Ayer, la jueza federal Ann Donnelly bloqueó parte del decreto del presidente Donald Trump que firmó el viernes pasado, el cual, suspende durante 120 días la acogida de refugiados musulmanes, mientras se concreta el futuro sistema de verificación de visas, así como el ingreso de viajeros procedentes de siete países de mayoría musulmana: Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, por 90 días.
Donnelly ordenó a autoridades no deportar a ningún ciudadano de las siete naciones mencionadas que posean papeles en regla para ingresar a Estados Unidos, a los que otorgó permanencia temporal. Además, se ordenó al gobierno comunicar la lista de todas las personas retenidas en aeropuertos del país desde la noche del viernes.
Hubo masivas manifestaciones en varias terminales aéreas del país para reclamar la libertad de las personas retenidas, mientras Trump celebraba la aplicación de su medida horas antes de que fuera bloqueada.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos comenzó a notificar a las aerolíneas sobre los pasajeros cuyas visas fueron canceladas o residentes legales que tenían previsto regresar a Estados Unidos. Se pidió a éstas que impidan a esas personas abordar los vuelos.
La orden de Trump prohíbe durante cuatro meses el ingreso a Estados Unidos de todos los refugiados y cancela indefinidamente el de los que procedan de Siria. El mandatario señaló que la disposición era necesaria para mantener fuera del país a los terroristas radicales islámicos.
Con información de La Jornada