A pesar de que trece estados de la Unión Americana ya es legal la marihuana medicinal y en otros diez se relajaron las penas contra su consumo, el número de jóvenes que consumen la hierba no ha aumentado, incluso ha disminuido.
De acuerdo con un grupo de investigadores en la Universidad de Medicina de Washington, en St. Louis, encabezados por Richard Grucza, la cifra de adolescentes estadounidenses con problemas vinculados con el uso de la droga se redujo 24 por ciento, entre 2002 y 2013.
Además, la cifra total de jóvenes consumidores también disminuyó, apuntó Grucza, “nos sorprendió ver una disminución sustancial en el uso de la marihuana”.
También disminuyó la cifra de jóvenes consumidores de mariguana con problemas de conducta no relacionados con drogas -como robo, violencia, problemas en casa-.
Ante ello, los científicos dividieron a los consumidores en dos grupos: aquellos que no presentan trastornos sociales, y aquellos que sí.
«Hemos observado una disminución en la proporción de adolescentes que reportaron problemas de conducta y cumplen los criterios de trastornos por consumo de marihuana. Sin embargo, la proporción de adolescentes con trastornos por consumo de marihuana y sin problemas de conducta se mantuvo relativamente constante», explicó Grucza.
Este fenómeno, según el líder investigador, se puede explicar a la educación que se les da a los jóvenes desde casa. Es así que entre mejor educados estén los adolescentes, disminuirán los problemas de conducta y de drogas.
«Así que es probable que si estas conductas disruptivas son reconocidas de forma temprana, podríamos ofrecer terapias que ayuden a prevenir problemas con la marihuana, así como de alcoholismo u otras drogas”, aseguró Richard Grucza.
Según un comunicado de los investigadores, se analizaron los datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y Salud, y los resultados finales serán publicados en la revista de la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente (American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, en inglés). El estudio fue financiado por el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas.
Con información del portal The Washington Post