Miles de habitantes del Istmo de Tehuantepec, perdieron las herramientas básicas para sostener la economía familiar y comunitaria de varios pueblos de esa región oaxaqueña. Se trata de hornos de barros en donde se preparan, para comercializar, memelas, tamales, tortillas y totopos típicos de la región.
Si bien la ayuda en forma de despensas ha llegado a la zona, se trata de algo temporal. El Comité Melendre se propone reintegrar a las familias istmeñas al mercado productivo, para así recuperar las economías regionales.
«Ha llegado mucha ayuda en especie pero estamos conscientes de que ese es solo un alivio temporal. Lo que se necesita es reactivar la economía», dice Salma Corres, una representante del Comité Melendre.
La iniciativa «Adopta un horno», consiste en reunir fondos de la sociedad civil para devolver las herramientas de trabajo a los productores de alimentos de maíz en más de 40 municipios.
La organización fundada en 2004 para la «transformación positiva de la sociedad zapoteca», ha rebasado con creces su objetivo inicial en las primeras dos semanas.
La meta original, era reunir los fondos suficientes para comprar 50 hornos. Pero esto se logró en las primeras horas del proyecto «gracias a la promoción en redes sociales». Empresas y fundaciones también se han sumado al apoyo, por lo que hoy existen recursos suficientes para comprar más de 1.000 hornos nuevos, comenta Corres. La producción de los mismos ya comenzó en 10 talleres locales de alfarería.
Tras constatar el éxito de su primera iniciativa para reactivar la economía regional, el Comité Melendre ha lanzado una nueva campaña este lunes. Se llama «Canasta básica istmeña» y propone que «en lugar de comprar víveres enlatados en alguna cadena comercial, a veces extranjera«, se compren alimentos directamente a los productores y vendedores regionales a través de la organización.
La canasta de 300 pesos incluye 50 totopos de maíz nativo (comprados a las familias beneficiarias de Adopta un horno), medio kilo de queso seco, medio kilo de camarón seco, medio kilo de quesillo, 20 limones criollos, dos pescados secos y cuatro piezas de pan de caballito.
Según un reporte reciente del Gobierno de Oaxaca, en la entidad existen hasta ahora más de 70 mil viviendas dañadas, de las cuáles 35 mil presentan daños parciales, 21 mil han sido declaradas como no habitables y más de 14 mil son pérdida total. Estas cifras corresponden a un censo de apenas el 69 por ciento de las viviendas oaxaqueñas.
Con información de El País