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Nuestros pensamientos y sentimientos nos proveen de un sistema de guía, es una manera natural de dar dirección a través de nuestra lógica y de nuestras emociones, desde la cabeza hasta el corazón.

Las palabras y los pensamientos son muy poderosos, las palabras tienen el poder de influir en otros para que actúen. Una persona promedio dice alrededor de 25 palabras por minuto. Algunas personas hablan más rápido otras más lento. Hasta cuando hablamos extemporáneamente, editamos lo que decimos, ya que sabemos lo poderosa que pueden ser nuestras palabras.

Pensamos (o nos hablamos a nosotros mismos) de cuatro a seis veces más de lo que hablamos, lo que implica que cuando nos hablamos a nosotros mismos nos corregimos. Nos decimos cosas que nunca diríamos en voz alta.

Si las palabras que decimos tienen un gran poder para influir en otras personas para que actúen, imagina la influencia que tenemos en nosotros mismos. Pasamos mucho tiempo tratando de influenciar en los demás intencionalmente, sin embargo ¿Qué tan consientes estamos de lo que influimos en nosotros mismos?

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De todas las personas en las que influenciamos, la influencia más grande la hacemos es en nosotros. Nuestros pensamientos y sentimientos influyen constantemente en nuestras acciones.

La vida es una conversación constante con nosotros mismos, lo que nos decimos tiene un efecto profundo en nuestro comportamiento. El monólogo interior es esta conversación dentro de nuestras cabezas. Esta conversación interna puede llevarnos a descubrir quiénes somos y como operamos.

Cuando escuchas tus pensamientos, ¿Notas algún patrón repetitivo? ¿Te apoya o te critica la voz dentro de tu cabeza? ¿Es tu saboteador o tu mejor amigo? Si respondemos estas preguntas honestamente nos ayudara a identificar de qué manera nos estamos ayudando o saboteando.

Debemos tener en cuenta que igual es de importante tener una disciplina de ejercicio físico para tener una buena salud lo es también hacer estos ejercicios mentales para poder tener ventaja en lo que realizamos todos los días.

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Practicar un dialogo interno todos los días es una herramienta sólida y confiable para las incontables situaciones estresantes que experimentamos en la vida. Al considerar una situación de manera diferente se puede cambiar el estado mental y de estado de ser.

Nos preocupamos, dudamos de nosotros mismos, nos criticamos, nos juzgamos, juzgamos a otros, intentamos demasiado, no lo intentamos lo suficiente y nos elogiamos. Debemos ser honestos y escoger influenciar en nosotros de manera realista.

Cuando elegimos prestar atención a nuestros diálogos internos y decidimos hablarnos de manera positiva y buscar alternativas, podemos acceder a nosotros mismos a través de nuestros pensamientos y sentimientos. La ganancia puede ser abundante cuando aprendemos a no entorpecer nuestro propio camino.

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