Solamente faltan cuatro días para la jornada electoral extraordinaria que determinará (esperemos que definitivamente) la gubernatura de Colima, luego de que el Instituto Nacional Electoral anulara las elecciones del pasado 7 de junio tras evidenciar y verificar la intervención de funcionarios públicos del estado en el proceso electoral, lo que en un hecho inédito llevó al TEPJF a solicitar la organización de comicios extraordinarios, que finalmente se llevarán a cabo este domingo 17 de enero.
Y es que a partir del 22 de octubre, tras darse a conocer la decisión del tribunal electoral, la labor de consejeros del INE, Partidos Políticos, observadores ciudadanos y hasta los mismos candidatos no ha sido nada fácil, pues de por medio está el reto de brindar confianza a los ciudadanos de Colima para que acudan a sufragar en un ambiente tranquilo, pero sobre todo en una jornada transparente en la que se respete su decisión, pues no en balde ya muchos la llaman el “ensayo” de las elecciones que se realizarán a mediados de este año.
En lo que respecta a los candidatos y candidata, todos fueron partícipes de una contienda especialmente reñida, y para muestra, la elección ordinaria, donde la diferencia de votos entre el primer y el segundo lugar fue de 503 sufragios, lo que representó 0.17 por ciento de la votación válida emitida.
De acuerdo con información de los propios consejeros del INE, en términos presupuestarios, para la organización de la elección se previó el uso de 21 millones 839 mil 142 pesos, de los cuales cerca del 60 por ciento será erogado por el INE y el porcentaje restante por el OPLE de Colima.
Además, tan solo para la campaña, que tuvo una duración de 35 días, los partidos políticos contaron en conjunto con poco más de 2 millones 609 mil pesos de financiamiento público y el tope máximo de gastos para dicho periodo fue de 4 millones 553 mil 165 pesos.
Para integrar las mesas directivas de las 903 casillas previstas, el instituto desplegó 231 capacitadores, asistentes electorales y supervisores en todo el territorio colimense.
A partir de mañana jueves 14, comenzará el periodo de veda electoral, en el que se prohíbe a partidos y candidatos encabezar cualquier tipo de reuniones, actos públicos o algún tipo de proselitismo. En este caso y a diferencia de otros comicios, la restricción también va para las encuestas sobre preferencias electorales, encuestas de salidas y conteos rápidos, en cuyo caso, sólo podrán informar a la población a partir de las seis de la tarde del domingo 17 de enero.
Pero, ¿qué tanto afectará la guerra sucia y baja entre los candidatos punteros el ánimo del electorado?
La jornada electoral en Colima está cerca y aún no sabemos quién resultó más dañado de los contendientes, serán los ciudadanos quienes decidirán quién los gobernará ejerciendo su derecho a votar. Por lo pronto, esperemos que las condiciones sean favorables para realizar una práctica democrática y de participación, en donde la credibilidad y la confianza en las instituciones serán la victoria. Es mi opinión…