Aunque el plan de cese al fuego en Líbano anunciado por el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, parece traer la paz en la región, solamente cierra un frente, pues seguirán los ataques en países musulmanes vecinos de Israel, afirmó José Joel Peña Llanes, profesor adscrito al Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
“El acuerdo busca poner fin a las hostilidades a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano y establece un alto al fuego de 60 días, con la idea de que esta tregua sea más duradera”, indicó el internacionalista.
En entrevista detalló que en ese periodo se espera que los combatientes de Hezbolá, un grupo financiado por Irán que se encuentra en Líbano, se retire 40 kilómetros de la frontera al tiempo que las fuerzas de Israel lo harían del territorio libanés.
“Es importante señalar que el propio Netanyahu tiene el objetivo de tratar de concentrar su fuerza hacia Irán, uno de sus principales enemigos en su zona geográfica más próxima. Además, busca que continúe en activo el ejército israelí, que ha estado desgastado por los ataques en Líbano y en muchos frentes como Hamás, en Gaza; con los hutíes, de Yemen; y las fuerzas chiitas, en Irán y Siria”, precisó.
Con esta medida intenta cerrar un frente de batalla para fortalecer a su propia armada. Sin embargo, advirtió que si Hezbolá no respeta este acuerdo, Israel responderá de manera decidida.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respaldó el pacto señalando que el propósito es que se logre el cese al fuego permanente mediado por su país y Francia, que han sido dos de los actores más importantes en esos procesos de negociación para lograrlo en el Medio Oriente en general.
Este arreglo consta de tres etapas: una tregua inicial; el repliegue de Hezbolá al norte del río Litani, el cual está en la frontera norte de Israel; y la retirada total de las tropas israelíes del territorio del sur de Líbano, en 60 días.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, uno de los líderes que ha fungido como mediador, celebró el alto al fuego sobre todo porque si se respeta se garantizarían las vidas de las personas civiles, las desplazadas comenzarían a regresar a sus hogares, como sucede desde esta madrugada en Líbano; y también se devolvería la soberanía plena a este, un Estado reconocido a nivel internacional.
Recordó que Macron dijo que, si bien se logró el acuerdo, la situación en Gaza sigue siendo muy grave, por lo que se ha comprometido en sus discursos a lograr la suspensión de los ataques en ese lugar, el enclave con mayor número de pérdidas humanas; también para lograr una liberación de los rehenes que ahí se encuentran y en Israel; y finalmente que se permita la entrega de ayuda humanitaria, pues esta última nación prácticamente controla el territorio de Palestina.
Aunque el acuerdo da un respiro a la región, no resuelve la situación con Palestina. Apenas la semana pasada Estados Unidos bloqueó una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pedía un cese al fuego inmediato en Gaza, rememoró.
“Si vemos el comportamiento de las élites políticas tanto de Israel como de aquellos países que forman parte de su alianza como Estados Unidos, se verá que se trata más de una estrategia que de un deseo por resolver el conflicto”, finalizó.