Líderes de organizaciones campesinas y académicos sostienen que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha provocado un desmantelamiento del sistema productivo agrícola de México, mediante políticas que dejan a millones de campesinos pobres sin el respaldo de las autoridades y que acentúan la dependencia alimentaria del extranjero.
Consideran que una renegociación del TLCAN por el presidente electo estadounidense, Donald Trump, podría ser una buena oportunidad para revisar algunos puntos del tratado que no son favorables al sector primario en México.
Carlos Ricardo Menéndez, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México y experto en políticas públicas para el sector rural, recordó que el tratado de libre comercio fue anunciado por el gobierno mexicano antes de 1994 como una oportunidad para modernizar el campo y la economía. Sin embargo, ello no ocurrió sino que el Estado mexicano redujo su papel rector en diversos ámbitos y comenzó a transferir el control de diversas empresas y sectores a la iniciativa privada. De esta manera se inició un proceso de desmantelamiento del sistema nacional agropecuario, del cual ahora no queda prácticamente nada.
Un ejemplo, es el debilitamiento del sistema que facilitaba créditos agropecuarios a tasas preferenciales y la desaparición de organismos como la Compañía Nacional de Subsistencias Populares que se encargaba de comprar y distribuir las cosechas de productores mexicanos.
«Antes de la aplicación del modelo económico neoliberal había instituciones que se hacían cargo de diversos procesos productivos, como la siembra, el otorgamiento de maquinaria y equipos, el almacenamiento de cosechas y el procesamiento de harinas, por ejemplo. Pero todo eso se privatizó y ahora está en manos de grandes empresas», explicó el analista.
La estrategia del gobierno se basó en dejar de producir maíz y otros granos básicos, porque supuestamente era más barato adquirirlos en el extranjero, y en cambio se promovió la siembra de productos de exportación, como algunas frutas y hortalizas. Por ello, se abandonaron los precios de garantía para los productores y se empezaron a dar únicamente estímulos compensatorios, como Procampo.
«Desde 1994, cuando entró en vigor el tratado de libre comercio, el gobierno ha tratado con desprecio absoluto al campo nacional. Podríamos cubrir hasta 75 por ciento del consumo de los mexicanos, pero en vez de eso seguimos concentrados en exportar tequila, cerveza, bayas, aguacate y un poco de carne, mientras las demás áreas rurales están en bancarrota.» lamentó Alfonso Ramírez Cuéllar, líder nacional de El Barzón.
En este proceso las únicas ganadoras fueron las grandes empresas agroexportadoras, sobre todo del noroeste del país. Miles de pequeños y medianos productores perdieron rentabilidad y por ende un aumento de la migración y la pobreza rural.
El gobierno mexicano podría aprovechar el anuncio del mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, de que va a renegociar el TLCAN para revisar diversos aspectos que no han dado buenos resultados al país, consideraron dirigentes campesinos.
Alfonso Ramírez Cuéllar, líder nacional de El Barzón, consideró que entre esos puntos está el fortalecimiento del sistema de producción y mejoramiento de semillas, fertilizantes y otros insumos agrícolas que hoy están en manos de compañías extranjeras.
Los especialistas coinciden en que una posible revisión del TLCAN sería una buena oportunidad para unificar al país, construir un gran esquema de alianzas y llegar a una negociación más equitativa con los dos países del norte.
Con información de La Jornada