Esta madrugada, el Senado de Brasil aprobó seguir adelante con el juicio político contra la presidenta en suspensión Dilma Rousseff, por la supuesta manipulación de las cuentas públicas de los años 2014 y 2015.
En el debate que duró 16 horas, los legisladores votaron 59 a favor y 21 en contra del informe que detectó irregularidades presupuestarias y fiscales en la administración de Rousseff.
Por ello, entre el 28 y 29 de agosto, el Senado celebrará su última sesión en la que se podría determinar la destitución definitiva de Dilma Rousseff.
Si ello ocurriera, Michel Temer sería quien termine el periodo hasta el 2018.
En tanto, Rousseff aseguró que su impeachment solo es un golpe organizado por la oposición y comandado por su vicepresidente y actual mandatario interino.
Temer tampoco la ha tenido fácil. Además de cargar con las críticas por el gasto para la organización de los Juegos Olímpicos Rio 2016 frente a los altos índices de pobreza, también sufre las acusaciones sobre su gabinete, ya que todos sus integrantes son blancos mientras que Brasil es un país de diversas razas.
También tres de sus ministros han renunciado por acusaciones de corrupción; y por si fuera poco, no ha logrado la aprobación de sus reformas en el Congreso.
Con información de Notimex, AFP, Excélsior y El Universal