La comunidad indígena de San Antonio del Monte, ubicada en el municipio de San Cristóbal de las Casas, ha generado controversia tras quemar los nuevos libros de texto gratuitos y prohibir la entrada de la prensa en el inicio del ciclo escolar. Los líderes comunitarios decidieron incinerar los libros argumentando que contenían «enseñanzas» satánicas y elementos que promovían el comunismo y el zapatismo. Además, algunas mujeres tzotziles de la comunidad alegan que los nuevos textos incluyen pornografía.
San Antonio del Monte, con una población mayoritariamente indígena y de habla tzotzil, ha cuestionado la idoneidad de los nuevos libros de texto. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reporta que un 98.8% de la población es indígena, y un 17.4% no habla español, lo que refleja la diversidad lingüística y cultural de la comunidad.
El líder de los maestros de la Sección 7 del SNTE, Manuel Mendoza, instó a no caer en la manipulación de fuerzas políticas reaccionarias, llamando a explorar el contenido de los libros para empoderar a la población y cuestionar el sistema capitalista.
Sin embargo, en medio de las opiniones divergentes, surgen posturas contradictorias. Por un lado, Paulina Calderón Aguilar, una maestra con experiencia, menciona «inconsistencias» y alega que los libros abordan temas como la pedofilia. Eugenia Toledo, madre de familia, critica la falta de enfoque en la inclusión de personas con discapacidad en los libros y propone medidas como la instalación de centros de recopilación para los libros anteriores.
Se prevé que los padres promuevan amparos para que los nuevos libros no sean utilizados durante el ciclo escolar que ha comenzado, mientras que proponen la continuidad de los textos anteriores. Esta situación resalta la importancia de la comunicación efectiva entre los actores involucrados en la educación y la sensibilidad hacia la diversidad de perspectivas en el ámbito educativo.